Los Grimaldi cazan, comen y se divierten en España
España se ha convertido en un destino de moda. Jefes de Estado, primeros ministros y reyes de monarquías europeas se entremezclan con los rostros habituales de
España se ha convertido en un destino de moda. Jefes de Estado, primeros ministros y reyes de monarquías europeas se entremezclan con los rostros habituales de Ibiza Mallorca o Marbella para disfrutar, cada uno a su manera, de las diferentes alternativas que España ofrece: tranquilidad interior para el viceprimer ministro británico, Nick Clegg y su mujer; arte y duende para Michelle Obama y su hija, Sasha, y todo un viaje al Paleolítico para Alberto de Mónaco, que ha sido el último en apuntarse a la fiebre por nuestro país.
El príncipe de Mónaco visitará Cantabria y las Cuevas Prehistóricas de Puente Viesgo en septiembre, según ha confirmado Miguel Ángel Revilla, presidente de la Comunidad Autónoma, que ya ha demostrado de sobra en cada una de sus visitas a la Moncloa sus aptitudes como cicerone. Se desconoce si su prometida, la nadadora Charlene Wittstock, con la que se casará el próximo 3 de julio de 2011, le acompañará en su visita a España.
La familia de los Grimaldi siempre han sido unos auténticos enamorados de la cultura española y no ha sido complicado disfrutar de su presencia tanto en viajes oficiales como en otros de carácter privado. La primogénita de Raniero de Mónaco y Grace Kelly visitó el año pasado, junto a los reyes Juan Carlos y Sofía, San Sebastián, en medio de la polémica y la expectación mediática por su separación de Ernesto de Hannover.
Desde 1996 era habitual que, durante el otoño, la princesa Carolina de Mónaco y su todavía esposo viajaran hasta tierras cacereñas para disfrutar de la actividad cinegética que ofrece el coto Santa Cristina, de la localidad extremeña de Torremocha. Aunque no siempre lo hacía acompañada de su marido ya que también ha estado, junto a un nutrido grupo de amigas, en Guadalajara para cazar perdices patirrojas en la finca de Carlos Llanza, a la que acuden personalidades de la talla del Rey, Abelló o los duques de Luxemburgo.
Además, la pasión por España en el Palacio Grimaldi se materializó en el Baile de la Rosa de 2008, cuando Pedro Almodóvar y sus huestes, entre las que destacaron Bibiana Fernández o Alaska, aterrizaron en el Principado para recrear la movida madrileña. Desde entonces, la amistad entre Carlota Casiraghi y Rossy de Palma ha servido para ilustrar más de una crónica del colorín.
Hace unos meses, la segunda hija de Carolina visitó Valencia para asistir a la competición de hípica más importante del país, donde coincidió con la hija de Amacio Ortega o Athina Onassis. Sus hermanos, los díscolos Andrea y Pierre, también acuden habitualmente a Ibiza y Formentera para pasar unos días de playa y ocio alejados de Palacio.
España se ha convertido en un destino de moda. Jefes de Estado, primeros ministros y reyes de monarquías europeas se entremezclan con los rostros habituales de Ibiza Mallorca o Marbella para disfrutar, cada uno a su manera, de las diferentes alternativas que España ofrece: tranquilidad interior para el viceprimer ministro británico, Nick Clegg y su mujer; arte y duende para Michelle Obama y su hija, Sasha, y todo un viaje al Paleolítico para Alberto de Mónaco, que ha sido el último en apuntarse a la fiebre por nuestro país.