Blanca Cuesta: "El tiempo pone todo en su lugar"

Hay veces que ni los malos son tan malos ni los buenos lo son tanto como podría parecer. Quizá porque nadie entiende mejor una historia que sus propios protagonistas, puede ser que, de puertas para afuera, la imagen que proyecta cada uno de los actores de esa particular línea que es el tiempo no se corresponda totalmente con la realidad. Algo de eso hay en todo el embrollo de la familia Thyssen, en los que sólo ellos conocen a fondo la cuestión y todo el mundo opina.

Tita Cervera lleva una temporada alejada del mundanal ruido, pero Borja y Blanca se han dejado ver estos días por Madrid. La última vez fue ayer por la noche, durante la celebración de la Vogue Fashion Night Out, un evento en el que las tiendas del madrileño barrio de Salamanca permanecen abiertas con aire festivo hasta la medianoche.

Felices y sin separarse un momento, Borja y su esposa posaron sonrientes ante los fotógrafos para luego recorrer algunos de los establecimientos. Tras el posado, ya en la tienda de Chanel, se mostraron amables con los medios y hablaron de sus proyectos y de cómo ha sido su vida desde el nacimiento de Eric, su segundo hijo, hace un mes.

“Hemos tenido mucha suerte, es un niño muy bueno, come muy bien y duerme muy bien” aseguraba Blanca a Vanitatis. Ella, completamente recuperada a pesar de que tan sólo hace un mes que dio a luz, comentaba que ahora, con dos niños tan pequeños, sus vacaciones y sus escapadas son escasas, pero la paternidad les ha hecho de nuevo felices.

Afirman que “Sacha no tiene celos de su hermano” y que incluso se muestra de lo más cariñoso con el pequeño, al que la abuela paterna aún no conoce. Llegados a ese punto, Blanca reconoce que le gustaría que las cosas fueran de otro modo pero se muestra cauta y asegura que siempre ha preferido callar ante todo lo que se ha comentado en los medios sobre ellos. "A mí me gusta esperar, porque siempre he dicho que el tiempo pone todo en su lugar", afirma.

Se ríe cuando piensa en que ella, vista desde fuera, ha cumplido para muchos el papel de mala en este lío con tintes de culebrón entre su suegra y ellos. Acto seguido, vuelve al tema de los niños, su mayor alegría y preocupación ahora mismo. Ellos son la principal razón por la que por la que no se han mudado a Madrid. Por el momento prefieren la Ciudad Condal.

“Vivimos en el centro de Barcelona y nos gusta la cercanía que hay con la playa”, comenta con una sonrisa. “Estamos muy tranquilos allí”, dice. Sin embargo, esta semana han decidido pasar un par de días en Madrid para reencontrarse con los amigos, asistir a este evento y, de paso, según nos cuenta Borja Thyssen, ir al concierto de Alejandro Sanz.

El hijo de la baronesa asegura que le encantó el recital de artista madrileño y que fue muy divertido corear sus canciones en el palacio de los deportes. Aunque no coincidieron con los príncipes de Asturias y no tuvieron oportunidad de saludarles, disfrutaron igualmente rodeados de los amigos que conservan en la capital, esos que les esperaban para tomar una copita de champagne al fondo de la tienda mientras hablan con nosotros.

Se despiden con cariño y se vuelcan con sus conocidos. Borja saca su cámara de fotos y retrata a su mujer con quienes les rodean y asegura: “¡Hay que llenar el álbum!”. Está claro que para eso no sirven las fotografías de los paparazzi, que, dado el ambiente que se respiraba en las calles del barrio, tenían mucho trabajo que hacer.

Patricia Conde posaba en la tienda de Misoni, Carla Goyanes en la de Rosa Clará, Cari Lapique y Norma Duval en la de Suárez, y Dafne Fernández, ahora soltera y sin compromiso, Berta Collado, Boris Izaguirre y Vicky Martín Berrocal visitaban a los amigos de establecimiento en establecimiento. Un ajetreo constante en el que el retorno de Miguel Ángel Silvestre casi pasa desapercibido. Menos mal que el gorro de Armani que lucía los gritos de las quinceañeras lo evitaron. ¡Qué sería de una estrella sin sus fans y de una noche de moda sin complementos!