Alfonso Díez: "He sufrido mucho"
Al novio de la duquesa de Alba ya no le aterroriza la prensa. Ha asumido su rol de enamorado y lleva su situación pública con mucho
Al novio de la duquesa de Alba ya no le aterroriza la prensa. Ha asumido su rol de enamorado y lleva su situación pública con mucho más estilo que, por ejemplo, Javier Bardem, al que le molesta que le pregunten por el embarazo de su chica o por el último libro que ha leído. Si es la prensa internacional no le importa contestar e incluso se confiesa, como lo ha hecho en el Sunday Telegraph, donde ha narrado lo mucho que sufrió en su etapa de jugador de rugby. Es lo que tienen las estrellas, que cuando se cuelgan del cielo es complicado hacerlas descender.
En el caso de Díez, nunca ha dormido en la Vía Láctea, pero sí hubo un tiempo en que era incapaz de entenderse con la prensa y, por supuesto, con la familia y amistades de la novia. Ahora ya es otra cosa. Después de tres años de embeleso mutuo, Alfonso ha afrontado su papel mediático y los arrebatos de antes se han transformado en sonrisas. “Su porcelana” (como denomina en la intimidad a Cayetana) puede estar muy orgullosa de él.
En su última aparición pública, en la inauguración de la exposición del fotógrafo Mario Testino en el museo Thyssen, fue sólo y no tuvo inconveniente en ser carne de photocall. Habló con Vanitatis y contó lo mal que lo había pasado por los muchos comentarios poco favorables hacía su persona. Unos ciertos y otros con poca base, aunque entendía que desde fuera no se comprendiera su afecto por la duquesa.
“He sufrido mucho. Han dicho barbaridades sobre mí: que me he llevado cuadros y otros objetos de valor de los palacios, que Cayetana me daba dinero, que era un aprovechado. Me presentaban como un monstruo y yo lo único que he hecho ha sido estar a su lado”. Al decirle que era normal que se criticara su actuación, porque no es habitual que un muchacho cincuentón se enamore perdidamente de una venerable anciana de 84 años, Díez se defiende: “A Cayetana la conocí hace muchos años y siempre ha estado en mi cabeza”.
Díez negó algunas de las informaciones relativas a su situación laboral: “No es cierto que vaya a pedir ninguna excedencia y mucho menos que me traslade a vivir a Sevilla”. En lo que no quiso entrar fue en lo referente a una posible boda. Sonrió e hizo mutis por el Thyssen.
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