Mar Flores, la reina de Olite

Ninguno de los invitados y amigos comunes que acudieron a la boda de Belén Centeno y Javier Montes en Olite imaginaban que, tres días después, Mar Flores anunciaría urbi et orbi su cuarto embarazo. Y encima de mellizos. Lo contó a golpe de exclusiva y después a través de una red social agradeciendo a conocidos y seguidores el interés por su nueva maternidad.

La que fuera modelo, ahora dueña de una productora de cine, viajó hasta esta ciudad declarara Conjunto Histórico y Artístico con su marido Javier Merino, que no es hombre de mucha conversación. Le gusta más observar como se desenvuelve su mujer que dar palique. Tardaron más que cualquier otro invitado en hacer el recorrido que separaba el hotel de la iglesia de Santa María, donde se celebró la ceremonia religiosa. Mar tenía que pararse cada poco para fotografiarse con algún lugareño o turista que la había reconocido.

La pareja pasó parte del fin de semana en la ciudad navarra y el domingo regresaron a Madrid, donde han vuelto a instalarse tras su estancia durante unos meses en Santo Domingo.  Allí Mar preparó su línea de hogar, que por ahora no ha tenido demasiado éxito. “Hay que dar tiempo para que se conozca”, dijo el día del lanzamiento. El caso es que la que fuera chica rebelde se ha convertido en una madre de familia típica con incursiones en el mundo empresarial y en el cinematográfico. En el séptimo arte, intervino como productora y protagonista en Clasificada S. Los años desnudos, donde compartía reparto con Candela Peña y Goya Toledo. 

Fue un fracaso comercial, pero en cambio la crítica se dividió entre los comentarios tibios y los halagos. Ella no salió mal parada, a pesar del lastre público que arrastraba en los años en los que muchos quisieron crucificarla cuando lo único que hizo fue enamorarse de quien no debía. Esta carga emocional,  pesó durante un tiempo, pero ahora ya está liberada de sus fantasmas y así se lo participaba al tenista Feliciano López que,tras su ruptura con María José Suárez, ha visto como su vida formaba parte del escaparate. “No es verdad que el que calla otorga. Si entras te pasa factura. Te lo digo por experiencia”.