Peces Barba, el hombre que convenció al príncipe Felipe de que rompiera con Eva Sannum

La relación de Gregorio Peces Barba con el Rey comenzó muchos antes de que, gracias a sus logros políticos, saltase a la primera línea de la empresa pública. El que fuera presidente del Congreso desde 1982 hasta 1986 y uno de los siete padres de la Constitución, “un rojo universitario por entonces”, fue uno de los estudiantes que protegieron a don Juan Carlos de los ataques falangistas que sufrió durante el breve período de tiempo que atendió clases de Derecho del trabajo en la Universidad Complutense, allá por el año 60. “A diferencia del príncipe, el Rey, muy a su pesar, ha pisado muchas escuelas militares y muy pocas universidades”, dijo el ex rector de la Universidad Carlos III, durante la presentación del libro Los Príncipes. Preparados para reinar, de Carmen Enríquez  y Emilio Oliva, en Madrid.

Pero, al finalizar el breve periplo universitario del Rey, la relación entre ambos se tornó inexistente. No fue hasta la transición del Gobierno de Adolfo Suárez a Felipe González cuando su contacto volvió a ser fluido y constante. “Si mi abuelo hubiera podido hacer esto con Pablo Iglesias, igual hubiésemos evitado la Guerra Civil”, dijo el Rey emocionado durante el nombramiento del primer presidente socialista de la democracia, en palabras de Peces Barba. Desde ese momento, Don Juan Carlos inició la tradición de quedarse con la pluma estilográfica con la que firmaba el decreto y los despachos y las conversaciones con el presidente del Congreso eran una parte más de las tareas institucionales. Y algunas lúdicas.

Recuerda el jurista de 72 años algunas de las ocasiones en las que coincidió con el príncipe Felipe, que apenas había cumplido diez años, en los derbis de su querido Atlético de Madrid. “Le he visto llorar cuando le metían algún gol a su equipo. El príncipe es del Atlético, aunque la Reina lo niegue. El Rey, en cambio, es del Real Madrid”. La cercanía del por entonces presidente del Congreso con el príncipe fue acuciante y, aunque se reafirma en que su participación en la educación del heredero ha sido secundaria, tuvo la oportunidad de asesorarle en su formación tanto en la Complutense como en su recorrido en Estados Unidos.

Peces Barba y el futuro de la monarquía

Peces Barba fue quien tomó juramento de lealtad a la Constitución al príncipe Felipe en 1986, cuando cumplió la mayoría de edad. “Hubo una gran tensión en Moncloa, porque estaban empeñados en que el presidente González tenía que estar, pero se necesitaba de un acuerdo con el jefe de la oposición, que en ese momento era Manuel fraga, que no aceptó. No estuvieron ni uno ni otro; eso me conllevó varios problemas”, afirma. Además, por si las presiones fueran pocas, el profesor de filosofía del derecho tuvo que tomar otra decisión que podría perfectamente haberle granjeado la enemistad con la Casa Real: desplazó al Conde de Barcelona del estrado presidencial al piso de abajo del salón de sesiones. Un acto que en todo momento el Rey y las infantas Pilar y Margarita le han agradecido, lejos de lo que en un principio llegó a pensar.

Una vez alejado de la picota informativa, Peces Barba se centró en la creación de la Universidad Carlos III, de la que ha sido rector hasta 2007, aunque sus contactos con el Rey y la Familia Real seguían siendo puntuales. Una llamada en particular por parte del monarca le impresionó sobremanera. “Gregorio, Felipe no me hace mucho caso. Podrías darle algún que otro consejo, a ver si contigo funciona”, le dijo el monarca. En ese momento, la relación del heredero de la Corona con una joven modelo noruega llamada Eva Sannum ya era la comidilla de todo el país y el debate sobre la conveniencia de un posible candidata plebeya a ocupar el corazón del príncipe estalla.

“A los días, para mi sorpresa, recibí una llamada de la Casa del Príncipe. Me citaron. Llegó el día y fui. Estuvimos hablando durante una hora sobre la Constitución. Me sorprendió, porque por primera vez me tuteó, algo muy común en los Borbones. Al final de nuestra conversación, me preguntó: ¿Y de lo mío qué hay en la Constitución? Le dije que la persona a la que debía elegir tenía que saber que no podía divorciarse y que tenía el mejor ejemplo en su madre. No sé si mi conversación le sirvió de algo, pero meses más tarde puso fin a su relación con la noruega”, dice.

Aquel episodio es pasto del pasado. Ahora, el príncipe está preparado para reinar, afirman algunos periodistas. Mientras, Jaime Peñafiel prepara una enérgica respuesta en forma de libro: El Rey no abdica. Padre de dos niñas, casado con Letizia Ortiz y futuro Felipe VI de España si no cambian las previsiones. “De momento, los Príncipes no tiene ningún problema con el artículo 57.1 de la Constitución, porque la naturaleza les ha dado niñas. Pero claro que es necesaria una reforma, al igual que otros artículos, aunque no es tema importante hoy en día. La coyuntura no ayuda nada”, concluye Peces Barba.

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