Patricia Rato, protagonista de los premios Marie Claire

Probablemente sólo Isabel Preysler fuese capaz de ejercer de anfitriona como lo hace Bruno Delaye, embajador de Francia en España. Su residencia fue ayer por la noche la sede de los premios Marie Clarie, que por octava vez confían en su buen hacer para celebrar su gala anual por y para el mundo de la moda.

Con un cicerone como Imanol Arias, nada malo se puede esperar. Y es que el actor ejerció como maestro de ceremonias un año más, pero esta vez lo hizo acompañado de Irene Meritxell, su pareja, que eligió un diseño propio, de lo más original, con una chaqueta blanca con una sobretela de encaje negro que hizo las delicias de quienes nada quieren saber de los Chanel y los Dior.

El poder de convocatoria de la revista fue un año más, impresionante. Desde modelos de la talla de Eugenia Silva o Judith Mascó –inactiva sobre la pasarela, pero una de las pocas mujeres del mundo que en su día llegó a la portada del Sports Ilustrated- hasta el modisto David Delfín, que lleva un par de fiestas sin la compañía de su socia y amiga Bimba Bosé.

Quizá la gran invitada de la noche fue la diseñadora Carolina Herrera, para gusto de sus acérrimos seguidores, tan cordial y glamurosa como siempre y acompañada de su hija Adriana Carolina y de su yerno, Miguel Báez Litri. Pero ellos no fueron la única pareja estelar de la noche. Por la residencia del embajador de Francia pasearon su amor Rafa Márquez y Jaydy Michel.

Modelos como Verónica Blume, Andrés Velencoso –sí, de nuevo sin Kylie- y Vanessa Lorenzo acompañaron a Laura Sánchez que lució espectacular en un vestido de su amiga Vicky Martín Berrocal. Sólo le hicieron sombra Paloma Cuevas, con un impresionante vestido blanco y también sin Enrique Ponce, y la mismísima Beatriz de Orleáns.

Ni Naty Abascal, ni Isabel Preysler, ni Carmen Lomana –de viaje por la firma de sus libros- asistieron al evento. Pero no importó glamour no sobró ni protagonista faltó. Patricia Rato, con su entrada tardía acaparó los flashes, pese a que ella nunca quiere estar en la cresta de la ola. Pero es lo que tienen estas fiestas en casa del embajador, que aunque no lo quiera una, se convierte en el centro. Siempre con permiso de Marie Claire. Enhorabuena a los premiados.

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