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La familia Raventós regala cava en Madrid
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La familia Raventós regala cava en Madrid

Si hace unos días, en Barcelona, el jefe de CiU y futuro presidente de la Generalitat, Artur Mas, brindaba con cava por su triunfo en las

Si hace unos días, en Barcelona, el jefe de CiU y futuro presidente de la Generalitat, Artur Mas, brindaba con cava por su triunfo en las elecciones autonómicas, en Madrid se hacía otro tanto (brindar, no votar), pero en este caso con Mar Raventós como anfitriona de un acuerdo lúdico entre la firma Codorníu y Lorenzo Caprile.

El modisto, junto con Eduardo Ladrón de Guevara, Pertegaz y algún nombre más,  forman parte de la élite textil que no vive de los desfiles subvencionados. Las nóminas de sus talleres de costura tampoco reciben favores estatales de ningún tipo. Por eso quizá, en tiempos de crisis, su arte es doblemente de agradecer. En el caso de Caprile, ha sido además el primer profesional (y el único) que ha vestido a la princesa como una princesa. El vestido rojo que la consorte real lució en la boda de Federico de Dinamarca, cuando aún era prometida, fue su gran acierto. Después, doña Letizia nombró a Varela  modisto de corte y ahí se acabó la espectacularidad de los trajes de fiesta.

Retomando el encuentro capitalino, la presidenta de la firma, Mar Raventós, tuvo la idea de dar cuerpo, corazón y vida a Anna. Hasta ahora, una entelequia en forma de botella que se creó para homenajear a la pubilla que entroncó a las familias Codorníu-Raventós en 1659. Con ese matrimonio, el apellido de Anna se desdibujó en el árbol genealógico, no así como marca. El caso fue que la presidenta decidió organizar algo diferente, sorprendente y único sin necesidad de contar con una estrella internacional para estos menesteres. Se sirvió del hilo conductor de Caprile, que vistió a la modelo como si fuera la emperatriz de un cuento de navidad. La noche se cubrió de magia y el modisto de aplausos.

Y no sólo de su extensa familia, que son como los Von Trapp de Sonrisas y Lágrimas, pero sin cantar, sino de la totalidad de los convocados. Estuvieron la tía Miri de la Dehesa, una señora fantástica y divertidísima, María Jurado, Pedro y Begoña Trapote, Patricia Cerezo, Vega Royo Vilanova, Alejandra Rojas, Diego Antoñanzas, Jesús Andreu, Jaime Calderón, Lorena Urrubistondo, Lorenzo Castillo, Adela Penedo -dueña del restaurante de moda T´Ameró-, María Zurita, Espido Freire, Carlos García Revenga, Ángela Rodicio, Alejandra Martos y Nelsy Chelala.

La peletera está encantada con Tamara Falcó, que se ha convertido por amistad en imagen circunstancial de su firma. La hija teletubbie de la Preysler se acomoda a las circunstancias y parece que el reportaje de moda que realizó con los diseños de Chelala resultó de lo más festivo. Por cierto, la anfitriona Mar Raventós tiene en su haber una anécdota que la retrata perfectamente. Además de su cargo como presidenta de Codorníu, tiene dos carreras universitarias -Económicas y Psicología- y seis hijos a los que ha dedicado, como la mayoría de las madres trabajadoras, el tiempo personal.

En una ocasión, un empresario de nivel parecido al suyo la citó para un almuerzo de trabajo. Raventós se disculpó alegando que ese día de la semana tenía siempre un compromiso ineludible y que, por lo tanto, había que posponer el almuerzo. El caso es que cada uno por su lado coincidieron en el mismo restaurante. El caballero se quedó sorprendido al verla en la mesa acompañada de un niño de doce años. “Es Iñigo, mi compromiso ineludible. Y tengo otros cinco compromisos ineludibles como éste”.

Si hace unos días, en Barcelona, el jefe de CiU y futuro presidente de la Generalitat, Artur Mas, brindaba con cava por su triunfo en las elecciones autonómicas, en Madrid se hacía otro tanto (brindar, no votar), pero en este caso con Mar Raventós como anfitriona de un acuerdo lúdico entre la firma Codorníu y Lorenzo Caprile.