Sara Carbonero se queda sin el TP a la mejor presentadora de informativos

Ella fue la primera en desconfiar de su suerte. “No creo que me lo lleve”, decía con una sonrisa minutos antes de que comenzara la gala de entrega de los TP de Oro 2010. Y así fue: Sara Carbonero no se llevó a casa el galardón como mejor presentadora de informativos. Por octava vez, el vencedor fue un Matías Prats experimentado, con muchas tablas y que llegó tarde a la gala porque estaba haciendo precisamente lo que mejor se le da: ponerse ante las cámaras para ser “un mensajero” como él mismo se definiría ya con el premio en la mano.

Sara estaba contenta. Vestida de arriba abajo de Gucci –por cierto, con reminiscencias muy republicanas en lo que a tonalidad se refiere- sonreía, iba de un lado para otro y posaba recordando que su look era cosa de las estilistas de Telecinco, que se habían puesto manos a la obra a las cuatro de la tarde. Si estaba nerviosa no lo exteriorizaba, aunque, según decía, estaba convencida de que no iba a ser para ella. “Me hace más ilusión en de deportes, porque está aquí parte del equipo”, comentaba en petit comité la guapa presentadora.

Pero con ese tampoco hubo suerte. El TP de Oro acabó en manos de Manu Carreño y Nico Abad, menos ortodoxos pero divertidos para el gran público. Su cobertura del mundial de Sudáfrica batió a la toledana y a su equipo así como al despliegue de Fórmula Uno de laSexta.

Aunque laSexta no se fue de vacío, Sé lo que hicisteis, que a excepción de Paula Prendes estaba al completo, eso sí, Patricia Conde no se dejó ver demasiado. También otros programas de humor como El hormiguero y Los Simpson se llevaron el premio a casa. Mientras entregaban un premio y otro, en una de las galas más rápidas de la historia de los TP –una celeridad que hay que agradecer si no se quiere acabar aburriendo al personal-, los premiados iban saliendo del auditorio a posar en la sala de prensa.

Ana Duato se hizo la foto de rigor con su TP a la mejor actriz. Lo mismo que hizo Paco León, mejor actor o Ana Rosa Quintana, que como siga a este paso se va a hacer con la decena en menos que canta un gallo. Aunque todos esperaban a saber quien posaría con el TP al mejor presentador, y ese no fue otro que el inigualable Matías Prats.

El presentador aseguraba a Vanitatis que a estas alturas, con tantos galardones aún no sabía porque la gente le prefería. Eso sí, disfruta del premio como el primero, aunque asegura que cada vez supone “un grado mayor de tranquilidad pero también de exigencia”, por ese voto de confianza que la gente deposita en él. “Hay gente que espera que no les defraudes nunca”, apostillaba.

El presentador reconoce que ya no hay nada que le haga dudar en el trabajo y que tampoco tiene miedo a las nuevas generaciones le quiten el trabajo. “Estoy esperando que mi hijo me desbanque en cualquier momento, si puede ser él, y si no, el que sea, pero es ley de vida y es un orgullo para mí que así sea”.

Aseguraba haber visto a Sara Carbonero alguna vez. “La veo de vez en cuando y también tuve la oportunidad de seguirla durante el Mundial y hace muy bien su trabajo. Creo que es una joven periodista que se ha especializado en una materia y cada vez la domina más”, cuenta. Después de ocho premios sabe como ser políticamente correcto y responder a quienes preguntan sobre temas que para otros resultarían cuanto menos complicados, porque hablar de la competencia siempre lo es.

Y mientras Matías, con esa infinita paciencia que parece acompañarle casi siempre, se hacía la foto y hablaba con los medios, Sara y el resto de invitados salían del auditorio rumbo a otro lugar. Quizá otro año haya más suerte para los informativos de Telecinco. 

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