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¿Quiere visitar el Palacio de Liria? La duquesa de Alba le da cita para dentro de dos años
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¿Quiere visitar el Palacio de Liria? La duquesa de Alba le da cita para dentro de dos años

El teléfono no deja de sonar en el número 20 de la céntrica calle Princesa de Madrid. “Hemos visto el Palacio de la Duquesa en la

El teléfono no deja de sonar en el número 20 de la céntrica calle Princesa de Madrid. “Hemos visto el Palacio de la Duquesa en la serie, ¿qué podemos hacer para visitarlo?”. “Manden un fax o un e-mail con su petición, y listo. A la entrada, les pediremos el DNI”, contesta José Manuel Calderón, encargado de los archivos históricos de la Fundación Casa de Alba, al otro lado del auricular.

La residencia madrileña de Cayetana de Alba levanta tanta expectación entre los turistas y curiosos como el Oso y el Madroño, el parque del Buen Retiro o las torres Kio de la Castellana. Con una única diferencia: para inmortalizar sus estancias palaciegas hay que respetar una larga y, a veces desesperante, lista de espera que ya supera los dos años. El interés por visitar el único palacio habitado de Madrid se ha visto incrementado después de que el edificio haya aparecido, al igual que el de Dueñas y el panteón de Loeches, en la segunda parte de la serie que Telecinco estrenó anoche sobre la azarosa vida de la Duquesa.

Todos los viernes, las puertas del domicilio de Cayetana Fitz James Stuart se abren para mostrar la mayor parte de los bienes patrimoniales de una de las familias más importantes del país, en solera, abolengo y relevancia histórica. Tan sólo 16 personas por turno (a las 10, a las 11 y a las 12 de la mañana) pueden acceder gratuitamente al interior de sus instalaciones que desde 1975, cuando la propia Duquesa constituyó la Fundación, están abiertas al público, tal y como estipula la Ley de Patrimonio Histórico. De acuerdo a la legislación vigente, las visitas guiadas al Palacio de Liria deben sucederse “en las condiciones de gratuidad que se determinen reglamentariamente, al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados”.

Una ley, hecha a la medida

Los Alba cumplen con los mínimos establecidos para salvar la ley. Ni más ni menos, aunque en ésta no se especifican, en ningún momento, períodos vacacionales en los que esta norma cobre excepción. El Palacio de Liria cierra sus puertas a sus visitantes desde mediados de diciembre hasta mediados de enero y de junio a octubre, lo que hace que durante más de cuatro meses al año, y sus respectivos días de visita, el Palacio esté cerrado por “descanso del personal”.

Las críticas por este hecho no se han hecho esperar y ya sonvarios losmedios de comunicación los que han recibido cartas al director por parte de visitantes indignados, que no han dudado en exponer su malestar por la eterna espera y arremeter contra la Duquesa por no abrir con más asiduidad su residencia madrileña y demostrar una mayor flexibilidad.

No parece por tanto plato de buen gusto para la familia Alba abrir la casa donde habitan en la capital por las numerosas incomodidades que esto supone. Caso similar al de Carmen Franco, quien a partir del 25 de marzo está obligada por sentencia judicial a abrir el Pazo de Meirás cuatro días por mes, después de varios años de litigios con la Xunta. Bien es cierto, que la duquesa podría haber evitado este trance de tener que abrir su Palacio sino hubiese constituido en 1975 la Fundación Casa de Alba.

“No pueden estar molestos con que visiten su casa, porque han elegido abrir las puertas ellos mismos. Nadie les ha obligado, porque podrían haber seguido funcionando como una familia que domina unos bienes privados, pero ellos prefirieron crear la Fundación que, pese a que supone una pérdida de patrimonio para los propios beneficiarios, vela por la conservación futura de algo muy importante”, dice a colación José Miguel Fernández de Albornoz, autor de Duquesas, un póker de damas en el siglo XX. Las razones por la que una casa ducal se convierte en fundación son las subvenciones que se recibe y la protección del patrimonio.

Al igual que en el caso de los Alba, los ducados de Medina Sidonia o la de Medinaceli también se han erigido en Fundación. La de Osuna, sin embargo, no cuenta con ningún respaldo institucional que resguarde su patrimonio con lo que a la muerte de la actual duquesa, los bienes familiares se repartirán de una forma privada entre sus hijas, contribuyendo en parte a la ‘desaparición’ del mismo.

Un recorrido por Palacio

El recorrido por el Palacio de Liriacomienza por el recibidor, más tarde por el comedor principal, salvo que la duquesa reciba a invitados, y prosigue por el salón de baile, la habitación donde murió Eugenia de Montijo, o la impresionante biblioteca que alberga más de 30.000 libros, entre los que se encuentran los cuadernos de viaje de Cristóbal Colón.

Paloma Sainz, profesora del British Council, es una de las últimas visitantes en adentrarse en la historia que destila cada rincón de este especial palacio en pleno centro de la capital. Como relata en su blog, ha tenido que esperar unos dos años aproximadamente para poder disfrutar de las escaleras de Sabatini Francesco o las lámparas de cristal de Bohemia.

En cuanto al resto de obras artísticas, se pueden observar cuadros de Zurbarán, el Greco, Goya, Rubens o Velázquez, que penden de sus paredes donde ahora también yerguen las críticas y el malestar por no poder entrar hasta dentro de más de dos años.Ya se sabe queel que espera, desespera.

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