Las anécdotas que no se vieron en la boda del príncipe Guillermo y Catalina

Las bodas son así. Siempre dan lugar a cientos de anécdotas y pequeños sucesos que quedan para la posteridad. Así que el enlace entre el príncipe Guillermo y Catalina, y sus más de 1.900 invitados, no ha sido menos y ha escrito algunos de los chascarrillos más inusuales que se incluirán en los anales de la monarquía inglesa.

No solo la dificultad que tuvo el príncipe Guillermo al poner el anillo en el dedo de Kate Middleton mientras millones de personas contenían el aliento desde sus casas o que el príncipe Carlos de Inglaterra tuviese que llevar el mismo traje que llevó en su boda con Diana de Gales, sino muchos más.

La prensa inglesa ha organizado una búsqueda para averiguar quiénes eran las dos monjas que se situaron en primera fila en la abadía de Wetsminster a pocos centímetros del príncipe Guillermo y Catalina. Una de ellas, con zapatillas negras Reebok, se ha ganado el apodo de ‘la monja ninja’, y cuenta ya con varios grupos en Facebook en los que se especula con la posibilidad de que fuera un agente de incógnito y que la decisión de situarla en tan estratégico sitio era para proteger a la pareja de novios.

No han sido las únicas religiosas que han protagonizado anécdotas. El Daily Mail también ha estado buscando a un clérigo que cuando vio que los invitados ya habían abandonado la abadía, no pudo contener su alegría e hizo una voltereta que fue captada por las cámaras instaladas en el templo y que ya se está convirtiendo en toda una sensación de internet.

Las anécdotas no quedan aquí. Muchas de las portadas de la prensa de todo el mundo han recogido la actitud de la ahijada del príncipe Guillermo, de tres años, que mientras los novios sellaban su amor en el balcón de Buckingham Palace, ella no pudo soportar el ruido de los ciudadanos y tuvo que taparse los oídos.

La fotografía que ha creado furor en el mundo de las redes sociales ha sido la imagen de Pippa Middleton, la hermana mayor de Kate, y del príncipe Enrique juntos en más de una imagen. Desde Facebook miles de usuarios les piden ya que ellos también se conviertan en marido y mujer.

Otro de los chascarrillos que recorren ya las páginas de los periódicos ingleses es el descuido que tuvo David Beckham en su vestuario. La solapa derecha del traje de Ralph Lauren del futbolista mostraba una insignia que le regaló la Reina Isabel II. Pero, en realidad, por protocolo esta medalla debe ir en el lado izquierdo así que cuando el futbolista entró en la abadía del brazo de su mujer, alguien le alertó de su descuido. Una sonrisa nerviosa fue todo lo que pudo manifestar. 

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