Eduardo Zaplana comparte entrenador personal con Ana Patricia Botín, Villalonga y Paulina Rubio
Es la imagen del poder. Un dandi mediterráneo de corbata simétrica y sonrisa de villano en el que Santiago Segura se fijó para dar caza al
Es la imagen del poder. Un dandi mediterráneo de corbata simétrica y sonrisa de villano en el que Santiago Segura se fijó para dar caza al mismo brazo tonto de la ley. Ex-alcalde, ex-presidente autonómico y ex-ministro: Eduardo Zaplana es un hombre hecho a sí mismo. Forja su aspecto de hombre influyente a golpe de flexiones, duras sesiones de entrenamiento y una dieta sana y equilibrada. Su secretaria tiene la orden de no cambiarle la cita con su entrenador personal, salvo alguna necesidad imperiosa. David Usandizaga es el responsable de que haya perdido más de un talla de pantalón y quien ‘machaca’ todos los días a quien fue mano derecha de José María Aznar. Es el personal trainer favorito de la clase dirigente. La jet set y los hombres de finanzas le adoran.
“Desde el principio tuve muy buen feeling con él. Estoy encantado y él conmigo. Zaplana sabe lo que quiere”, explica este vasco, de 43 años, nacido en San Sebastián, campeón de España de judo, experto en dietética y profesor de Educación Física, que lleva más de catorce en la profesión. “Generalmente entrenamos una hora al día dos o tres días a la semana. Esto engancha y cuando empiezan a ver que da resultados, entonces se vuelven adictos”, comenta. El caso de Eduardo Zaplana no es especial, porque Usandizaga está acostumbrado a codearse y emplearse a fondo con las altas instancias.
Entre su cartera de clientes habituales figuran nombres del calibre de Ana Patricia Botín o Juan Villalonga. También otros como Paulina Rubio, Nuria Roca, Paco Arango o Carolina Herrera. Su mejor campaña de marketing y publicidad es el “boca a boca”. El embajador de Estados Unidos en España se lo dice al de Canadá, este al de Turquía y al de Andorra… y negocio redondo. Los diplomáticos estadounidenses han sido sus mayores mentores en el mundo de la alta sociedad. Desde George L. Gyros, ex embajador de EE. UU. en España y magnate inmobiliario con parcela en la lista Forbes, a Eduardo Aguirre, con quienes ha trabajado durante más de cuatro años. Alan Salomont, en cambio, todavía no ha podido encontrar un hueco en su apretada agenda. Pero todo se andará.
No hay días de descanso para él. Trabajo sábados, domingos y en vacaciones. Hay muchos famosos que no pueden vivir sin él, de ahí que en invierno viaje a Suiza, donde se refugian empresarios, banqueros y gente con pedigrí en los ‘casoplones’ que tienen en las estaciones alpinas, y en verano viaje hasta Ibiza, donde el famoseo supera el centenar por metro cuadrado. “A veces me ponen un hotel y en otras ocasiones convivo con ellos”. Una clase con este prestigioso entrenador personal oscila entre los 45 y los 60 euros, dependiendo de si esta se imparte en La Moraleja, La Finca o en el barrio de Salamanca.
“Todos ellos suelen tener un poder adquisitivo alto. Los que más se cuidan son los hombres del mundo de las finanzas, especialmente porque sus mujeres les empujan a ello. Se han dado cuenta de la importancia de una buena imagen y de cómo repercute positivamente en la firma de contratos. Mucha gente tiene sus propios endocrinos”, dice. En España contar con un personal trainer no es un lujo. Es lo que cuesta irse de cena”, concluye. Ahora, este fenómeno pita entre la clase dirigente de Brasil, por eso muchos entrenadores españoles lo han dejado todo para irse a Sao Paulo, que se ha convertido en la ciudad de los gurús de la actividad física del momento. El dinero huele al dinero.
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Es la imagen del poder. Un dandi mediterráneo de corbata simétrica y sonrisa de villano en el que Santiago Segura se fijó para dar caza al mismo brazo tonto de la ley. Ex-alcalde, ex-presidente autonómico y ex-ministro: Eduardo Zaplana es un hombre hecho a sí mismo. Forja su aspecto de hombre influyente a golpe de flexiones, duras sesiones de entrenamiento y una dieta sana y equilibrada. Su secretaria tiene la orden de no cambiarle la cita con su entrenador personal, salvo alguna necesidad imperiosa. David Usandizaga es el responsable de que haya perdido más de un talla de pantalón y quien ‘machaca’ todos los días a quien fue mano derecha de José María Aznar. Es el personal trainer favorito de la clase dirigente. La jet set y los hombres de finanzas le adoran.