Así se conocieron Telma Ortiz y su novio Miguel

El nuevo novio de Telma Ortiz le ha cambiado la vida. Al menos en lo que se refiere al carácter irascible que mostraba con su anterior pareja y que la llevó a presentar una demanda cósmica contra los medios, que finalmente perdió en todas las instancias. La hermana de la princesa de Asturias tuvo que asumir las costas del proceso que todavía  no ha finiquitado con las empresas a las que denunció arbitrariamente. Esta etapa prepotente dio paso a un período de calma, que coincidió con su separación y con su cambio de residencia a Barcelona por motivos laborales.

El ayuntamiento de la Ciudad Condal la sacó del paro y creó un puesto para ella en la subdirección de Proyectos del Departamento de Relaciones Internacionales que, en su día, dio mucho de qué hablar al ser de libre disposición. Por el momento continúa en su puesto, a pesar de que a otros compañeros, que tampoco son funcionarios como ella no les renovaran sus contratos. Una vez que ha desaparecido la tempestad de su vida, se la ve mucho más relajada y puede ser que su actual novio tenga mucho que ver, como se ha visto en las imágenes que ha publicado la revista Lecturas.

Ahora no se esconde y no le importa que la fotografíen de la mano o besándose en plena calle. El chico se llama Miguel, trabaja en la Fundación del Hospital Clinic y se conocieron a través de amigos comunes que les organizaron una cita a ciegas. La química funcionó y, desde hace tres meses, comparten fines de semana en Sitges, donde él tiene su casa. De lunes a viernes Telma vive con su hija Amanda en el piso alquilado de Barcelona que alguna vez ha visitado la princesa de incógnito.

En ocasiones, Letizia ha tomado un vuelo por la mañana y ha regresado a última hora para cenar con las infantas pequeñas. Antes de ennoviarse, Telma viajaba más a menudo a Madrid para visitar a sus padres y a sus tres sobrinas (Leonor, Sofía  y Carla, la  hija de Erika) y, dependiendo de la situación, vivía en el palacete de los príncipes de Asturias o con Paloma Rocasolano. El caso es que su estado emocional es ahora estable y por eso vuelve a ser feliz.

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