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Esther Arroyo comienza a hacer sus pinitos presentando una gala benéfica tras su accidente
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Esther Arroyo comienza a hacer sus pinitos presentando una gala benéfica tras su accidente

“Todo lo que vivo ahora lo recibo como un regalo”, así lo manifiesta Esther Arroyo a Vanitatis en una entrevista. Desde su accidente hay cosas que

Foto: Esther Arroyo comienza a hacer sus pinitos presentando una gala benéfica tras su accidente
Esther Arroyo comienza a hacer sus pinitos presentando una gala benéfica tras su accidente

“Todo lo que vivo ahora lo recibo como un regalo”, así lo manifiesta Esther Arroyo a Vanitatis en una entrevista. Desde su accidente hay cosas que han cambiado en su vida, pero lo que no ha sido capaz de transformar ni un ápice el dolor es la enorme sonrisa que siempre ha caracterizado a esta gaditana que sigue siendo la “miss más guapa de España”. Tras su rehabilitación, Esther, se vino a vivir a Marbella con su marido Antonio Navajas y Ainhoa, su niña de cinco años, para llevar una vida más relajada en una bonita urbanización de Naguelles.

Con una disciplina de monje, la actriz, sigue diariamente una terapia de ejercicios para mejorar las fracturas que sufrió en las piernas tras el grave accidente de tráfico que tuvo junto a su pareja en octubre de 2008, cuando iban en un coche por la antigua carretera N-340, cerca de Vejer de la Frontera. “Ahora no me queda más que tirar para adelante y ser optimista. Sigo con mi rehabilitación. Hago cinco días a la semana pilates de suelo, eso me está ayudando mucho, pero me cuesta”.

A pesar de ello, Esther no deja de involucrarse en temas benéficos, como la Gala de la Fundación Cesare Scariolo, donde presentó el acto para recaudar fondos para los niños que se encuentran bajo tratamiento oncológico en los Hospitales Materno-Infantil y Carlos Haya de Málaga.

Haciendo gala del optimismo que la caracteriza y dándonos toda una lección de supervivencia, Esther nos dijo: “Niña que me siento. Que no puedo estar mucho tiempo de pie y ya ves, ni ponerme tacones, no puedo estar más de 4 horas de pie, mi rodilla de aquí a 5 años me dará muchos problemas, de todo eso soy consciente. Pero no dejo de luchar ni un solo segundo”. Esther sabe que el poder de la mente lo es todo en casos como el suyo “venirme a Marbella me ha sentado muy bien. Paso muchos ratos con mi niña, Ainhoa esta hecha una preciosidad. Y mi hijo Fran, no veas, es todo un hombrecito ya de 17 años, que se ha tomado con una responsabilidad tremenda lo mío y me ayuda muchísimo”.

Todo esto aderezado del enorme amor que se profesan Antonio y ella. “Estoy más limitada, hay muchas cosas que no puedo hacer. Por ejemplo, a penas salgo de noche. En todo momento intento aceptar lo que hay. Pero te tengo que decir que soy muy feliz, lo más importante es mi familia, mi marido. Si no hubiera sido por ellos no hubiera superado muchas cosas".

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Con una disciplina de monje, la actriz, sigue diariamente una terapia de ejercicios para mejorar las fracturas que sufrió en las piernas tras el grave accidente de tráfico que tuvo junto a su pareja en octubre de 2008, cuando iban en un coche por la antigua carretera N-340, cerca de Vejer de la Frontera. “Ahora no me queda más que tirar para adelante y ser optimista. Sigo con mi rehabilitación. Hago cinco días a la semana pilates de suelo, eso me está ayudando mucho, pero me cuesta”.

Ana Torroja Marbella