Jaime Martínez-Bordiú: "Mi abuelito Franco era un gran tío y un hombre divino"
Jaime Martínez-Bordiú vuelve a la carga. El nieto pequeño de Francisco Franco, retirado durante un año del mundanal ruido, ha reaparecido ante los medios de comunicación
Jaime Martínez-Bordiú vuelve a la carga. El nieto pequeño de Francisco Franco, retirado durante un año del mundanal ruido, ha reaparecido ante los medios de comunicación con su personal cruzada: defender a capa y espada las ‘bondades’ del dictador. “Mi abuelito eran un gran tío, una buena persona. Murió cuando yo tenía casi doce años, pero recuerdo que era divino y muy familiar”, dice en conversación con Vanitatis el miembro más polémico y controvertido de la familia Martínez-Bordiú.
Recién llegado del Pazo de Meirás, donde ha pasado el mes de agosto de vacaciones con su madre, Carmen Franco y Polo, sus hermanos y sus sobrinos, Jaime califica los líos judiciales con la Xunta de Galicia de “demagogia barata”, aunque el Gobierno gallego ha conseguido finalmente que se cumpliera la Ley de Patrimonio Cultural, que obliga a los Franco a abrir al público el castillo cuatro veces al mes. “Todo eso es política y tonterías. Mi madre se gastó una fortuna en arreglarlo para que fuéramos a veranear allí. Estaba todo quemado. En 2000, se animó y ha tardado diez años en reconstruirlo. Se ha invertido mucho dinero”, prosigue.
El edificio del siglo XIX, refugio de la escritora Emilia Pardo Bazán, ha sido durante 47 años el lugar de veraneo de Franco y su familia. Incluso, los actuales reyes de España y sus hijos, antes de ir a Marivent, descansaban allí. “Guardo muy buenos recuerdos del pazo. Durante 18 años no fuimos porque estaba destrozado. Ahora, sólo estamos un mes, que es el tiempo del que disponemos para estar tranquilos. Allí tengo muy buenos amigos”, comenta durante la fiesta de Supermartxé celebrada en Ibiza y patrocinada por AXE.
Por su parte, Francis, actual marqués de Villaverde, acaba de lanzar La naturaleza de Franco. Cuando mi abuelo era persona (Ed. La Esfera de los Libros), un libro en el que rescata numerosas anécdotas familiares, el gusto desconocido del dictador por la pintura o sus firmes convicciones políticas, que su círculo más cercano terminó compartiendo. “Nosotros somos una piña en todo. Me parece genial la idea de rescatar la figura humana de mi abuelo. Además, Francis es un tío cuerdo y serio, que le conocía a la perfección. Él mejor que nadie está en su perfecto derecho de escribirlo”, manifiesta Jaime Martínez-Bordiú.
Episodios polémicos
Hace un año, el nieto pequeño del dictador fue acusado de disparar a un conductor con el que había colisionado en la M-503. Aquel episodio terminó finalmente archivado, pero contribuyó a aumentar la lista de antecedentes violentos del ‘nietísimo’. “El juez me dijo que podía denunciar al señor que me acusaba, porque se demostró que no había ni metralla ni balas en ninguna parte. Lo dejé pasar, pero podría haber ido a por él porque fue una falacia y una barbaridad. Me ha hecho mucho daño. Reconozco que yo soy cazador, aunque ahora mismo estoy sin permiso de armas por otros motivos. Él sabe que hizo mal”, dice.
Además, en enero del año pasado, fue sentenciado por la Audiencia de Barcelona a un año de prisión por maltratar a Ruth Martínez, su exnovia. Ahora, el hijo de la duquesa de Franco, que estuvo casado con Nuria March y salió durante mucho tiempo con Patricia Olmedilla, actual duquesa de Terranova, ha rehecho su vida con Marta, una mujer que se caracteriza por la discreción. Rehúye de las cámaras y sólo posa para satisfacer a su novio. “Estoy como loco con ella. Seguramente nos casaremos. No pongo fecha todavía. Es la mujer de mi vida”, concluye.
Noticias relacionadas
- Jaime Martínez Bordiú, llamado a declarar en un caso de narcotráfico
Jaime Martínez-Bordiú vuelve a la carga. El nieto pequeño de Francisco Franco, retirado durante un año del mundanal ruido, ha reaparecido ante los medios de comunicación con su personal cruzada: defender a capa y espada las ‘bondades’ del dictador. “Mi abuelito eran un gran tío, una buena persona. Murió cuando yo tenía casi doce años, pero recuerdo que era divino y muy familiar”, dice en conversación con Vanitatis el miembro más polémico y controvertido de la familia Martínez-Bordiú.