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Varios empresarios españoles se 'pelean' por una fotogafía
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Varios empresarios españoles se 'pelean' por una fotogafía

No era un cuadro cualquiera. Se trataba de una fotografía en blanco y negro, de un tamaño considerable, que retrataba con gran detalle artístico el torso

No era un cuadro cualquiera. Se trataba de una fotografía en blanco y negro, de un tamaño considerable, que retrataba con gran detalle artístico el torso de un indígena

Algunos de los empresarios que este miércoles se dieron cita en el modesto -pero con encanto- local de Tritón Capital, en el centro de Madrid, para asistir a la exposición solidaria organizada por Watu Acción Indígena, eran plenamente conscientes de ello, y por ello no quisieron dejar pasar la oportunidad de hacer todo lo posible por llevarse la obra de la fotógrafa Isabel Muñoz a casa.

Fue la artista más disputada, y la que más rápidamente se vendió, de cuantas estaban expuestas en una muestra que no se perdieron multitud de empresarios del mundo de las finanzas, de la construcción, de la seguridad y de la moda, entre los que se encontraba la diseñadora de calzado y complementos Sara Navarro (presidenta de la Asociación Madrileña de Mujeres directivas y empresarias), Fernando Gumuzio (exvicepresidente de Corporación Eólica y uno de los responsables de la gestora de fondos Azora, especializada en el sector inmobiliario y de energías renovables, además de exdirectivo del Banco Santander), y el presidente de Falcon Seguridad, Tirso Tomás.

El presidente de la Fundación Banco Santander, Antonio Escámez; el consejero delegado de Christie's, Juan Varez; Alfonso Fierro, José Arce, Miguel Soler Roig (presidente de Art Fórum), Veva Longoria, Enrique Polanco, presidente de Art Fairs (firma impulsora de MadridFoto); la cuñada de éste, Fiona Ferrer, directora de la agencia de comunicación Concep2all -que se hizo con dos cuadros-, y directivos de empresas como Prosegur fueron otros de los rostros que no quisieron perderse una exposición, comisariada por Alfonso Zubiaga, en la que se ofrecían cerca de un centenar de cuadros al 50% de su precio, que oscilaba desde los 200 euros hasta los 6.000.

Estaba claro que no era un evento al uso, de esos en los que los asistentes se dedican lucir estilismos con una fingida sonrisa. Todos los empresarios, firmes aficionados al arte y la cultura, acudían con el firme propósito de hacerse con un cuadro a un buen precio y ayudar así a causas a favor del mundo indígena.

La temática de las fotografías, realizadas por artistas de la talla de Bernard Plossu, Aurora Fierro, Max Pam, Sandra Sue o Eduardo Momeñe estaba clara. Tampoco quedó duda alguna de que la persona que finalmente adquiriera la obra indígena de Isabel Muñoz sería el más afortunado de la velada. Un empresario que pagó por ella el precio más caro de la exposición benéfica: 6.000 euros.

No era un cuadro cualquiera. Se trataba de una fotografía en blanco y negro, de un tamaño considerable, que retrataba con gran detalle artístico el torso de un indígena