El embajador francés desafía a Sinde fumándose un cigarrillo en su presencia

Bruno Delaye, embajador de Francia en España, es un bon vivant en toda regla. Amante de los toros, los puros, la gastronomía y la cultura española, monsieur l'ambassadeur no encaja en el perfil de diplomático políticamente correcto. El mejor de los ejemplos: durante la gala de entrega de los Premios Prix de la Moda, que organizó la revista Marie Claire en su residencia oficial, éste se encendió un cigarro y se lo fumó tranquilamente.

No le importó que justo a su lado estuviera Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura y miembro activo del Gobierno que ha sido azote de los fumadores, a la que le echó los humos en más de una ocasión. A mucho de los asistentes les pareció  de mal gusto que Delay, que también ha sido embajador en Lomé (Togo), México y Atenas, desafiara a la titular de Cultura de esa forma, ya que se trataba del último acto lúdico al que acudía en calidad de ministra. Algunos lo consideraron un hecho de mala educación, ya que fue, sino el único, uno de los pocos en encenderse un cigarrillo. Beatriz de Orleans o Naty Abascal, otra de las comensales que compartieron con él mesa y mantel, no parecían, en cambio, muy molestas.

Al ser su propia residencia y por ende territorio francés, Delaye no desacató la Ley Antitabaco, aprobada en España por todos los partidos. Otros invitados, en cambio, también consideraron su gesto como todo un guiño a Mariano Rajoy, favorito en las encuestas del 20-N, que ha prometido suavizar su lucha contra el tabaquismo. Además de ésta, otra de las críticas de la noche fue que, mientras la prima de riesgo española roza la delgada línea del rescate y la lista de parados supera ya los cinco millones, el embajador decidió reunir en su microclima de distinción lo mejor de cada casa. "Con la que está cayendo", decían algunos 'indignados'.

*Imágenes de Enrique Villarino.