Aznar Jr. y Mónica Abascal se casarán el 17 de diciembre en una finca cercana al Valle de los Caídos

José María Aznar Botella y Mónica Abascal se casarán el próximo 17 de diciembre en la finca El Campillo, situada en la carretera de El Escorial, a treinta kilómetros de Madrid y muy cerca del Valle de los Caídos, según ha podido saber Vanitatis. Será una boda de mañana, a la que acudirá la plana mayor del PP (María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Ana Mato, Soraya Sáenz de Santamaría, Esperanza Aguirre…) con Mariano Rajoy al frente, aún como presidente de partido, ya que hasta cuatro días después no será investido presidente del Gobierno.

Para mantener la intimidad de la ceremonia religiosa, oficiada previsiblemente por el padre Garralda, ésta se celebrará también dentro del recinto, en una iglesia románica dedicada a la Santísima Trinidad, que sirvió también como set de rodaje para la serie Herederos. Y ya en el plano más chabacano, este lugar fue también el escenario mediático del estrambótico enlace de Raquel Mosquera y Tony Anikpe, que dadas sus características dejó sin palabras a muchos de los trabajadores de la finca, que aún recuerdan los esfuerzos de la pareja para preservar la exclusiva.  

El sábado no habrá posado oficial ni paseo de los invitados por ninguna alfombra con los periodistas acreditados, como ocurrió en la boda de su Ana Aznar, hermana del novio, con Alejandro Agag. Aquel acto se celebró con el padrino de la novia como presidente ejerciente y contó con todos los ingredientes de una ceremonia casi institucional. Los más exagerados llegaron a calificarla como la boda de la tercera infanta. 

En autobús a El Escorial

En cambio, la celebración del sábado no tendrá altavoz público, como así han querido los protagonistas, que son al fin y al cabo los que deciden cómo quieren que sea ese día y con quién les apetece compartirlo, aunque una parte de los invitados serán compromisos amistosos de los padres. En total, cerca de trescientas personas que degustarán un menú elaborado por el catering del restaurante madrileño El Mentidero de la Villa, que se encargará tanto del almuerzo en sí como del cóctel previo, servido (si hace bueno) en el jardín.

Los invitados disfrutarán de unos aperitivos fríos (salmón marinado, steak tartare con trufas negras, ceviche de pez mantequilla, tostas de foie de pato, de sobrasada con puerros...) y calientes, a base de croquetas de asado en su jugo, crujiente de chistorra, rollitos de morcilla, torta del casar, pinchos de solomillo… Más cortadores de jamón y cava a discreción.

Teniendo en cuenta que el alojamiento en la finca es muy reducido, y para que los invitados no tengan problemas con las leyes de tráfico, se ha organizado el desplazamiento en autobuses, aunque parece que los novios y familiares directos dormirán el día anterior en El Escorial.

Otra de las diferencias con respecto a la boda de Ana Aznar, donde los padres de los contrayentes tiraron la casa por la ventana, será el precio final del convite. No es tiempo de alardes y los novios han contratado la fiesta hasta por la noche. Si después se quiere ampliar, las horas se contabilizan como extras. Al ser temporada baja, el menú sale alrededor de 160 euros por persona, lo que incluye la música, ocho horas de barra libre, el menú degustación para que los novios y seis familiares o amigos lo eligieran previamente, la decoración, licores. En definitiva, nada fuera de lo habitual, en una boda donde estará presente el futuro gobierno de España.