Los duques de Palma se divierten en el musical de Billy Elliot

Mientras en España su presunta implicación en el caso de corrupción Palma Arena se ha convertido en todo un asunto de Estado, el duque de Palma hace vida normal en Washington, ciudad a la que llegó en 2009 para trabajar como asesor de Telefónica por recomendación expresa del Rey, según ha trascendido durante los últimos días. 

Estos días, por ejemplo se le ha visto acudiendo junto a su mujer, la infanta Cristina, y sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene, disfrutando del musical Billy Eliot. La familia al completo relajó tensiones y se divirtió viendo el espectáculo.

En España, en cambio, las cosas toman aspecto de tragicomedia. Los duques de Palma no acudirán a la tradicional cena de Nochebuena en Zarzuela, para evitar levantar todavía más polémica e intentar relajar el tenso y complicado panorama familiar. En cambio, todo parece indicar que la infanta Elena, que sí estará junto a los Reyes y sus hijos la noche del 24, viaje hasta Washington para pasar el fin de año junto a su hermano y la familia de esta, que está viviendo sus horas más bajas a la espera de una más que posible imputación de Urdangarin por las presuntas irregularidades cometidas durante su gestión al frente del instituto Nóos.

Así pues, la vida del que fuera yerno favorito del Rey sigue su cauce con normalidad. Acompaña cada mañana a sus hijos al bus escolar que les recoge y acude a trabajar a la sede de Telefónica en Washington, aunque, según las últimas informaciones, su puesto en la compañía de telecomunicaciones estaría en serio peligro. Nada más hacerse público que no formaría parte de los actos oficiales de la Familia Real hasta que no se aclarase su situación judicial, éste recibió la visita de la reina Sofía y también de Alexía de Grecia y su marido, el arquitecto Carlos Morales, que está imputado en un caso de corrupción urbanística. Pero, mientras tanto, el duque “triste y apesadumbrado” hace vida social en un musical.