La personalidad de Carlos Herrera y Norma Duval, al descubierto gracias a sus huellas digitales

"Carlos Herrera es una persona fuerte, valiente y, sobre todo, muy inteligente". Así define Luis Orduña, inspector jefe de la policía científica reconvertido en investigador dactilopsicológico al periodista almeriense, únicamente observando sus huellas dactilares. "Se tiende a asociar este análisis con los criminales, pero lo cierto es que estudiando las huellas con una simple lupa se puede saber incluso si un niño es superdotado", señala en conversación con Vanitatis.

Precisamente, Herrera cuenta con un cociente intelectual superior a la media, según Orduña, algo que descubrió cuando, hace algunos años, el locutor le pidió que analizara sus huellas digitales. "Existen cuatro capacidades o cualidades dominantes distintas, aunque no estamos determinados genéticamente al 100%, porque el ambiente y la educación influyen, pero la predisposición está ahí". Así, la que domina en el carácter de Carlos Herrera es la marca de la agresividad, "que no quiere decir que él sea violento, sino más bien luchador, enérgico, combativo, con un gusto especial por el riesgo y los retos". Precisamente esa capacidad suele aportar, a los que la poseen, un cociente intelectual elevado.

Orduña, que cuenta con varios libros sobre la materia y acaba de publicar otro titulado Huellas psicológicas, confiesa que Herrera no es el único rostro conocido al que ha tenido la oportunidad de analizar. También lo hizo con Concha García Campoy, Nieves Herrero, Encarna Sánchez, Pepe Navarro -"que es abierto, sociable y con un gran corazón"-, Antonio Herrero -"que poseía la misma cualidad que Carlos Herrera y curiosamente falleció practicando submarinismo"-, Jesús Hermida -"un tipo frío y cerebral, su capacidad dominante era la de la frialdad. Era analítico, minucioso y que gustaba de analizar las cosas con objetividad"-, Enric Sopena, Ángel Cristo, Bárbara Rey, Marc Ostarcevic y Norma Duval, entre otros.

"La genética ya dejaba claro que Duval y Ostarcevic no tenían que estar juntos"

Precisamente sobre estos dos últimos, Orduña podría escribir un libro. "Aunque desconozco la infancia de ambos, sí puedo decir que genéticamente tenían ya una predisposición a no estar juntos. Ella tiene la cualidad dominante de la afectividad. Es emotiva, sensible, abierta, romántica, inteligente y soñadora. Además, tiene necesidad de afecto. Ostarcevic, por su parte, también tiene una parte afectiva, jovial y alegre, eso les unía enormemente, al igual que la fuerza sexual. Sin embargo, incorpora rasgos de la cualidad dominante de la agresividad, que le hacen más duro y fuerte, autosuficiente, con capacidad de trabajo e ideas muy fijas. Es decir, tiene una fortaleza psíquica muy superior a la de ella".

En cuanto a la exvedette Bárbara Rey y al desaparecido domador de circo Ángel Cristo, Orduña confiesa que en este caso no existía esa predisposición genética que tendía a alejarles, al contrario de lo que sucedía con las huellas de Ostarcevic y Duval. "Aunque hay que aclarar que, independientemente de esa tendencia, están los factores externos. Al fin y al cabo esto es una ciencia como puede ser la meteorología, por lo que cada uno es libre de construir y elegir su destino".

Según el investigador científico, Bárbara Rey tiene la misma cualidad de Norma Duval: es abierta, romántica y sensible, una capacidad dominante que comparte con el que fuera su marido. "Ángel Cristo era parecido, y es curioso por su profesión, cuando lo lógico sería que hubiera sido más duro, más fuerte y menos cariñoso. Sin embargo, con esta sensibilidad lograba tener afinidad con los leones y conseguir una confianza con el animal que en alguna ocasión le hacía no acordarse de que era una fiera".