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"Julio Iglesias me ha dejado tirado como una colilla"
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"Julio Iglesias me ha dejado tirado como una colilla"

“Julio me ha dejado tirado como una colilla”. Toncho Navas, amigo de la infancia de Julio Iglesias y exsecretario personal, participa a día de hoy de una

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"Julio Iglesias me ha dejado tirado como una colilla"

“Julio me ha dejado tirado como una colilla”. Toncho Navas, amigo de la infancia de Julio Iglesias y exsecretario personal, participa a día de hoy de una guerra con el artista después de treinta años de trabajo a su lado, que han terminado de la peor de las maneras. “No tenía contrato con él. Siempre he trabajo como un amigo y ahora estoy en la calle”, se lamenta éste en conversación con Vanitatis. “No se dignó ni a llamarme para decirme que no me iba a pagar más. Lo hizo su secretaria. Al año y medio recibí una llamada suya, me puso a parir, pero yo seguí viendo el partido de básquet que echaban por la tele. Con todo esto, he perdido un gran amigo y una familia amiga. No creo que sus hijos conozcan la magnitud del problema que tengo con Julio”, prosigue. Unas declaraciones que se producen al tiempo que Alfredo Fraile, quien fuera representante del cantante durante más de tres lustros, prepara las memorias sobre su agitada vida desde su refugio de Miami. Y Julio tampoco saldrá del todo bien parado en ellas.

Fraile no pretende hacer ningún ajuste de cuentas, sino elaborar un fiel reflejo de años de azarosas vivencias. Hablará de las importantes personalidades para las que ha trabajado. Desde Silvio Berlusconi hasta Adolfo Suárez, el rey de Marruecos o Javier de la Rosa, extesorero del Rey. A pesar de la importancia de todos ellos, uno de los capítulos que seguro dará más que hablar es el que dedica al exjugador del Real Madrid convertido en estrella mundial de la canción, con el que terminó de forma abrupta. “Lo nuestro fue un divorcio, era mejor separarse y que cada uno tomara su camino”, afirma Fraile en conversación con Vanitatis.

Pero Navas o Fraile no han sido los únicos hombres de confianza de Julio Iglesias con los que éste ha terminado mal. Forman parte de una lista que incluye también los nombres de José María Castellvíu, íntimo y fotógrafo de cámara; el mexicano Pepe Guindi, su representante durante años así como ex bróker del imperio de Azcárraga; o Vicente Tarazona, su bajista. En dicho listado también cabe incluir a Jaime Peñafiel, a quien el artista prestó su casoplón de Miami para que éste se casara en 1984 con Carmen Alonso. “Le estoy agradecido por lo que hizo, pero hoy en día no hablamos casi”, cuenta el periodista a este portal.

¿Cómo es en realidad Julio Iglesias cuando se quita la careta del mito? ¿Es un divo o sigue siendo el Julito campechano de antaño? “Nos encontramos hace más de cuatro años en Lucio. Pero Julio es cómo es. Más que desleal, es muy egoísta. Hace tiempo que no habla ni con sus hijos”, afirma Peñafiel. Navas, por su parte, dice: “Es egoísta ante todo. Va él primero, luego él y luego otra vez él. Me siento decepcionado y engañado. No sé qué voy a hacer”. Las ofertas para que cuenta su historia no paran de llegarle. “Lo estoy pensando seriamente. Seguro que un día de éstos digo que sí”, espeta. Así que al final pueden ser muchos los enemigos literarios del cantante.

"No se ha portado muy bien"

En el libro de Fraile, que tendrá que esperar todavía varios meses para ver la luz y que editará Planeta, aparecerán cosas buenas, pero también aspectos desconocidos y recónditos, así como oscuros y quizá siniestros del cantante. “Pasé más tiempo con él que con mi familia. Sus éxitos también han sido los míos. No se ha portado muy bien con algunas de las personas que han estado a su lado durante tanto tiempo”, comenta. Será inevitable que en las memorias se hable de cómo fue la ruptura entre el cantante e Isabel Preysler, los momentos en que Julio “no tenía los pies en el suelo”, el rapto de su padre, que tuvo en vilo al mismísimo Leopoldo Calvo Sotelo, o la no boda con su exnovia Vaitiere, que publicó unas memorias hace unos años donde hablaba incluso de la vida sexual del cantante. Todos estos acontecimientos formarán parte de estas memorias, que no serán un panegírico pero tampoco ningún escrito panfletario. Tal vez, en el libro también aparezcan las rencillas económicas entre ambos. Recientemente, tras años de espera, Iglesias saldó una deuda de varios millones de euros con Fraile, cuñado de José María García, por la compra de El Convento, la casa del que fuera su representante que adquirió en pleno apogeo del éxito.

No saldrá del todo bien parado Iglesias de las memorias, ya que Fraile lo tiene claro: “El mejor jefe que he tenido ha sido Silvio Berlusconi. No le reconozco últimamente en las informaciones que se dan sobre él, pero es muy trabajador y perfeccionista”, afirma. Además será posible leer algunas frases sobre Javier del Rosa, gran amigo del Rey. “Fue y sigue siendo una figura importante. A todos se nos fue de las manos por aquella maldita guerra [la del Golfo], aunque está claro que algo haría mal. Pero puedo decir que es un hombre de buenas intenciones”. Y también aparecerá Philipe Junnot, primer marido de Carolina de Mónaco, y Carlos Goyanes, socios los tres de una misma agencia, o Hassán II, que le contrató por mediación de Azulai. “Tenía línea directa con Zarzuela. De ahí que las relaciones sean  tan buenas”. Un teléfono rojo que en su caso y en el de Julio Iglesias se escacharró hace mucho tiempo.

“Julio me ha dejado tirado como una colilla”. Toncho Navas, amigo de la infancia de Julio Iglesias y exsecretario personal, participa a día de hoy de una guerra con el artista después de treinta años de trabajo a su lado, que han terminado de la peor de las maneras. “No tenía contrato con él. Siempre he trabajo como un amigo y ahora estoy en la calle”, se lamenta éste en conversación con Vanitatis. “No se dignó ni a llamarme para decirme que no me iba a pagar más. Lo hizo su secretaria. Al año y medio recibí una llamada suya, me puso a parir, pero yo seguí viendo el partido de básquet que echaban por la tele. Con todo esto, he perdido un gran amigo y una familia amiga. No creo que sus hijos conozcan la magnitud del problema que tengo con Julio”, prosigue. Unas declaraciones que se producen al tiempo que Alfredo Fraile, quien fuera representante del cantante durante más de tres lustros, prepara las memorias sobre su agitada vida desde su refugio de Miami. Y Julio tampoco saldrá del todo bien parado en ellas.