Nieves Álvarez ya no quiere tener más hijos

No le gusta considerarse una madraza ("Soy como cualquier madre de hoy en día", repite a menudo), pero lo cierto es que, pese a que para muchos su imagen pueda parecer frívola, pues se codea con tops internacionales y es un rostro habitual en las fiestas de sociedad relacionadas con la moda, Nieves Álvarez tiene una máxima que trata de cumplir a rajatabla: las tardes son para sus tres hijos, una cifra que ya ha decidido no aumentar.

"Sí es verdad que cuando estaba diseñando la colección N+V Baby [una línea exclusiva que acaba de presentar la marca que compone Álvarez y Villalobos] me entraron ganas de ampliar la familia, porque me di cuenta de que quería un bebé para vestirle con toda esta ropita. Pero luego llegaron la cordura y la responsabilidad. Ya no voy a tener más, porque ya tengo tres y es mucho. Ahora lo que quiero es vestir a los niños de mis amigas y a mis sobrinos. Nada más", confesaba este martes la modelo a Vanitatis durante la apertura del nuevo espacio de su marca de ropa infantil en El Corte Inglés.

Con Adriano, de 7 años, y los mellizos Bianca y Brando, de 5, trata de pasar el máximo tiempo posible. "Hay épocas en las que tengo muchos viajes o sesiones de fotos, pero si no es así, a las 9 de la mañana los dejo en el cole, a las 9 y cuarto estoy en el taller diseñando para N+V, y a partir de las dos de la tarde me dedico por entero a mis niños: les voy a buscar al cole, y les llevo a sus actividades extraescolares. Mis amigas me recriminan siempre que no sé delegar, que no pasa nada porque no vaya a buscarles un día, pero me encanta ver su cara de ilusión cuando voy, porque parece que no me han visto en un mes. Y al final son esos momentos los que valen en la vida, porque dentro de poco no querrán ni que les dé un beso, así que ahora aprovecho", reconoce Álvarez, quien desvela uno de los mayores hobbies de su familia: las manualidades.

"En casa siempre estamos pintando y haciendo cosas, porque Marco es muy artístico y a mí también me gustan mucho las manualidades. ¡Fíjate que el programa favorito de mis hijos es Art Attack! Creo que a los niños tienes que enseñarles el valor de hacer las cosas y de aprender. Por eso, también me suelo llevar a casa los retales que sobran del taller y Bianca y yo vestimos a los ositos de peluche: les hacemos gorritos, calcetines... es muy divertido y me he dado cuenta de que yo, que no he cosido en mi vida, ahora estoy cosiendo más que nunca", señala la top, que reivindica su papel en todo el proceso de creación de los diseños de N+V. "Yo elijo las telas de la colección y presento mis croquis y mis diseños, luego me siento con Belén Villalobos para comenzar a trabajar juntas. Pero la primera labor la hago yo sola".

"Marco es mi mayor crítico"

Nieves Álvarez se ha tomado su incursión en el mundo del diseño, en el que lleva ya dos años, como lo que es, un aprendizaje: "No me considero para nada diseñadora, porque tengo claro que estoy aprendiendo, pero no me resulta extraño este lado de la moda, porque me he pasado 20 años dentro de los talleres, conociendo patrones, y sé diferenciar las telas. Además, tengo buenos consejeros entre mis amigos, como Torreta o Juanjo Oliva, a los que pido consejo continuamente", confiesa la modelo.

Pero no sólo recurre a ellos. Su marido, Marco Severini, es el primero en conocer cada una de las nuevas creaciones de Álvarez. "Él me ayuda muchísimo, y me da muchas ideas. Se podría decir que es mi primer crítico, porque le encanta la moda y sabe muchísimo. Además tiene mucho gusto, así que yo estoy encantada de compartirlo con él".

Su matrimonio con el fotógrafo italiano dura ya una década, desde que se dieran el sí, quiero, en mayo de 2002 en una exótica boda de ensueño en Bali. Desde entonces, forman una de las parejas más sólidas del panorama social patrio. La modelo reconoce ser muy feliz con su marido, con el que tiene "muchas cosas en común, si no no llevaríamos tanto tiempo juntos. A los dos nos encanta la decoración, viajar... y eso que con los niños apenas tienes tiempo libre y pierdes también esa espontaneidad de viajar en cualquier momento a cualquier parte, pero no nos podemos quejar", concluye con una sonrisa.