Mario Vaquerizo estrena libro: "Me molesta que me llamen maricón"

Mario Vaquerizo, manager de artistas, marido de Alaska y artista propiamente dicho, no podía iniciarse de otra forma en el mundo editorial que con una polémica biografía sobre sí mismo, pero sin obviar el personaje que ha creado desde hace un tiempo. El también componente del grupo Nancys Rubias y exagente de prensa Elsa Pataky habla de todo en Haciendo majaradas. Diciendo tonterías, su primer libro y bautismo de fuego. De lo divino y lo humano. Aunque uno de los epígrafes que más llama la atención es el que dedica a desenmarañar públicamente su tan comentada sexualidad. ¿Es Vaquerizo bisexual o heterosexual? ¿Juega al despiste o huye de las etiquetas?

“Desde hace años no tengo ningún reparo en declarar abierta y públicamente que hay chicos que me gustan. Hoy, mi opción sexual es plenamente heterosexual.” Aunque, como afirma, ha tenido esta duda durante mucho tiempo. “Hasta que se lo comento a mi mujer […] Y concluyo que hay chicos que me atraen desde un punto de vista estético pero no sexual. Son chicos a los que me gustaría terminar pareciéndome, pero nada más”, añade éste, nacido en Madrid en 1974 y Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense.

A su vez, Vaquerizo, que fue despedido recientemente por la COPE, prosigue con este tema de forma manifiestamente acalorada: “Me molesta mucho que un heterosexual me llame maricón porque diga que me gusta muchísimo el cuerpazo de un hombre, pero me ofende y me irrita más que un gay activista me diga a la cara que en el fondo vivo en el armario y toda mi vida es un paripé. ¡Qué lástima me das, mariquita inquieta e intolerante”, espeta él mismo en su primer libro.

Por su parte, el marido de Alaska y colaborador de Pablo Motos, que cuenta entre su cartera de clientes a Leonor Watling y Dover entre otros, aprovecha estas memorias para escribir su particular alegato a favor de la “extrema delgadez”, según sus palabras. “¿Qué tiene de malo que yo me sienta mejor pesando sesenta y tres kilos con una altura de uno  ochenta? ¿Qué malo ha en reconocer que una dieta estricta no hay porque verla como una ausencia de alimento y aporte vitamínico? […] La delgadez no es mala, aunque mi madre me diga que estoy muy feo con la cara tan afilada”, manifiesta.

Otro de los asuntos más controvertidos que aborda en el libro es el de la cirugía estética. “A finales de 2002, Alaska me recomendó una visita a su cirujano, y amigo de ambos, Enrique Monereo. Y sí, declaré a los cuatro vientos que esa visita me cambió la vida, y que gracias a él soy el hombre más feliz del mundo, porque me encuentro más guapo y perfecto que nunca […] Se sinceró y me explicó que con 28 años no era normal la barriga tan blanda que mostraba. Así que seguí sus sabios consejos y en el mes de mayo de 2003, justo un día antes de inaugurar mi primera casa con mi mujer, me sometí a su bisturí y me hice del tirón liposucción de tripa, extracción de las bolas de Trichat y reducción de papada”, relata.

Pero el libro también tiene episodios para el recuerdo. A las mujeres de su vida y los seres queridos que ya no están. Como es el caso de su hermano Ángel, que falleció en un accidente de moto. A él le dedica unas bonitas palabras.  “La pérdida de mi hermano Angelito supuso mi primer gran encuentro ante la muerte. Jamás había pasado por un golpe tan duro; la sensación de rabia, impotencia, desesperación y ausencia es hasta entonces lo peor que hasta entonces me había ocurrido. Además, justo en el momento en el que mi relación con él era idónea. […] La pérdida de Ángel me trastocó, me hizo cambiar de forma de ser, y durante un tiempo estuve muy mal”.

En cambio, este martes por la noche, todo fue alegría y buenas vibraciones en la FNAC de la madrileña plaza de Callao, lugar que acogía la presentación del primer libro de Mario Vaquerizo. Su mujer Alaska animó el cotarro, ya que ejercía de DJ. Al acto acudieron familiares y amigos de Vaquerizo, entre los que destacaron Bimba Bosé, Leonor Watling, Elena Benarroch, Dunia Ayaso, Topacio Fresh, David Delfín, Pelayo Díaz, Dover…y muchos más. Ellos siguieron con la fiesta hasta altas horas de la madrugada.