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La familia Middleton conquista Buckingham
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La familia Middleton conquista Buckingham

“La venganza de Carole”. Así fue como un amigo de la familia Middleton definió el momento en el que Catalina bajó del coche vestida de novia ayudada por

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La familia Middleton conquista Buckingham

“La venganza de Carole”. Así fue como un amigo de la familia Middleton definió el momento en el que Catalina bajó del coche vestida de novia ayudada por su hermana Pippa. Más de dos mil millones de personas se rindieron ante la elegancia de las dos al entrar en la Abadía de Westminster. Carole lo había conseguido: la clase tenía que ver más con los genes y la educación que con la Historia y los castillos reales. Hoy se cumple un año del majestuoso enlace y todo el mundo alaba la profesionalidad con la que la mujer del heredero se ha hecho a su nueva vida. Pero, ¿ha sido Catalina la que se ha adaptado a Palacio o ha sido Guillermo el que ha sido adoptado por los Middleton?

La figura de la madre de la duquesa de Cambridge siempre ha resultado sumamente interesante para los círculos de la alta sociedad británica. Durante años, las familias con título intentaron acercar a sus hijas al heredero a la corona. Pero fue ella, una mujer sin pedigrí, la que logró su propósito. Y ha sido ella quien, en estos últimos doce meses, ha unido más que nunca el apellido Middleton al de Windsor.

Cuando la agenda se lo permite, el joven matrimonio pasa más tiempo en Bucklebury -donde viven los suegros del heredero- que en Buckingham Palace. En menos de cuatro meses, la pareja se ha ido de viaje con la familia de Catalina al menos hasta en dos ocasiones. En una de ellas se les pudo ver en Mustique, una de las islas Granadinas, situadas en el mar Caribe, y en otra en los Alpes franceses. Ésta última cita tuvo lugar cuando el príncipe Guillermo terminó su entrenamiento de seis semanas en Malvinas con el Ejército del Aire, un tiempo más que suficiente para que el reencuentro hubiera sido algo más íntimo.  

Con el anuncio del compromiso real, el heredero dejó muy claro que no quería alejar a su esposa de su círculo más cercano. “Hay que aprender de las lecciones del pasado”, dijo en referencia a la trayectoria de su madre. Cuando la desaparecida Lady Di se casó con Carlos era una joven de tan sólo 19 años. Nadie se preocupó de guiar sus pasos y su entorno nunca se mostró especialmente accesible. Diana Spencer provenía de la aristocracia británica y tuvo una infancia un tanto triste marcada por el protocolo, la seriedad y el divorcio de sus padres.

No fue por tanto hasta que conoció a los Middleton, cuando Guillermo supo lo que eran las cenas con largas sobremesas. La estampa le atrapó y desde entonces, Carole ha sabido muy bien cómo utilizar sus armas. Sabe que la sencillez de su hogar -natural o pretendida- es el verdadero imán para el nieto de Isabel II.

“Guillermo amaba a su madre, pero odiaba todo lo relacionado con su persona pública y su obsesiva relación amor–odio con los medios. Él quiere una vida donde se mantenga el caos a raya y, a pesar de que le molesta la intrusión de la prensa con su familia política, los Middleton y su mujer son únicos para calmarlo”, explicaba estos días un amigo de la pareja al rotativo The Daily Telegraph.

Hacer lo contrario que Diana

El mundo entero se empeña en decir que ha nacido una nueva Lady Di, pero si ha habido una estrategia única para el primer año real de Catalina y los Middleton ésta ha sido: pensar cómo lo haría Diana y hacer lo contrario.

La madre de Catalina siempre ha sabido muy bien cómo llevar al heredero. Incluso antes de conocerle. Los mentideros dicen que fue ella quien animó a su hija a matricularse en la Universidad de St. Andrews cuando se enteró de que el nieto de la reina sería uno de sus alumnos. También dicen que fue ella la que le insistió a Kate -como la llama cariñosamente- para que no le agobiara cuando la pareja tuvo una crisis.

Su figura es sumamente interesante para la prensa, pero de la misma manera, sumamente escurridiza. ¿Cómo una mujer sin título nobiliario ha sabido hacerse un hueco en la exclusiva clase alta británica?; y, sobre todo, ¿cómo una suegra ha sabido camelarse de tal modo a su yerno… siendo un hombre de sangre azul?  

Los que la conocen aseguran que heredó el espíritu luchador y el encanto de su padre. Ron, el abuelo de Catalina, dejó los estudios con 14 años para convertirse en conductor de camiones y más tarde montó su propia empresa de construcción en Southall.

Carole era su hija mayor. Trabajó en la tienda de ropa C&A y luego fue azafata en British Airways (BA), pero siempre supo que quería montar su propio negocio. Fue en BA donde conoció a su marido, Michael. Corrían los años 70 y él era auxiliar de vuelo. Se entrenó para piloto y trabajó en la oficina de administración de la aerolínea. En 1987, llegó Party Pieces, la empresa que les hizo millonarios y ayudó a pagar la costosa matrícula de la universidad en la que Catalina conoció al príncipe.

Desde la boda real se ha convertido en un apoyo fundamente para su hija. Es tal el grado de complicidad que tienen que incluso se las ha visto compartiendo el mismo tocado en alguna que otra aparición pública. 

Su carisma no sólo ha conquistado al príncipe Guillermo, sino también a la mismísima soberana. Antes de la boda, la Reina quiso tener el gesto de conocer a los padres de la novia para que estos no se sintieran violentos en la ceremonia y el feeling fue tal que la soberana no tuvo reparos en que fueran sus invitados el día de la damas de Ascot. Carole no pudo ocultar su sonrisa mientras un carro de caballos le llevaba al palco privilegiado para ver la carrera. Y es que, aunque es Catalina la que se ha convertido en duquesa de Cambrigde, son los Middleton -y sobre todo Carole- los que han entrado en Palacio.

“La venganza de Carole”. Así fue como un amigo de la familia Middleton definió el momento en el que Catalina bajó del coche vestida de novia ayudada por su hermana Pippa. Más de dos mil millones de personas se rindieron ante la elegancia de las dos al entrar en la Abadía de Westminster. Carole lo había conseguido: la clase tenía que ver más con los genes y la educación que con la Historia y los castillos reales. Hoy se cumple un año del majestuoso enlace y todo el mundo alaba la profesionalidad con la que la mujer del heredero se ha hecho a su nueva vida. Pero, ¿ha sido Catalina la que se ha adaptado a Palacio o ha sido Guillermo el que ha sido adoptado por los Middleton?

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