Corinna se llevó a Botsuana a su exmarido y a su hijo pequeño
"Era un viaje de familia y amigos. El empresario sirio Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el rey. Era, sobre
"Era un viaje de familia y amigos. El empresario sirio Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el rey. Era, sobre todo, el viaje de dos personas mayores que querían estar en la selva juntos, probablemente por última vez en su vida, hablando frente al fuego. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño. Tengo una excelente relación con el niño, era la primera vez que él iba a un safari y ella se sentía más segura si yo estaba allí". El que habla es el empresario estadounidense Philip Atkins, el primer marido de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga de don Juan Carlos.
Desde aquella cacería, y sobre todo desde el accidente que provocó la fractura de cadera del rey, Corinna está "muy asustada". "¿Quién no lo estaría si, de repente, apareciesen periodistas de todo el mundo atacándote y acusándote de ser la amante del rey?", continúa Philip, a quien la alemana conoció en París y con quien tiene una hija de unos 20 años.
El empresario, que asegura que su exmujer "siempre ha estado dispuesta a arriesgar y aprender, a experimentar y emprender, porque es una aventurera", no ha sido el único en destapar detalles hasta ahora desconocidos de la amiga del rey, tal y como recoge en su útimo número la revista Vanity Fair. Uno de los cazadores que acompañó a don Juan Carlos, a Corinna, y al exmarido y al hijo de ésta - fruto de su segundo matrimonio con Casimir zu Sayn-Wittgenstein- asegura que la alemana siempre "se ocupaba de todo, de la A a la Z. El rey no explicaba quién era. Simplemente ella estaba a su lado todo el tiempo. Podría ser la asistente, la organizadora, la mánager estratégica...".
Al parecer, Corinna, que se dedicaba a organizar safaris de lujo para clientes de alto standing, "empezó cobrando por la organización de eventos" como la controvertida cacería de Botsuana. "Luego, como los conocía, ponía en contacto a algunos de los hombres más poderosos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa. Invitados que desarrollaban allí futuras transacciones. Acabó por cerrar ella los tratos en los que los países de origen y llevarse así suculentas comisiones", revela la misma fuente.
La ambición de Corinna es otro de los aspectos que destacan desde su círculo más cercano. O, mejor dicho, del de su segundo marido. En concreto, los familiares y amigos de Casimir zu Sayn-Wittgenstein aseguran que se casó con él "para obtener un título y un pequeño principito", algo que desmienten sus abogados londinenses. "Cualquier sugerencia o comentario de que ella se casó por su posición no tiene sentido. Nuestra cliente ya conocía a todo el mundo en todas partes".
Los amigos de Corinna, sin embargo, son más benévolos con ella. "Es muy inteligente. Es una mujer brillante. Trabaja para altos cargos y diplomáticos, pero no hablamos de ello porque su trabajo es altamente confidencial", asegura la diseñadora Bonnie Young, amiga de la acompañante del rey en Botsuana, al tiempo que desvela un importante dato: "Lleva viajando con el rey desde hace ya bastantes años. Es una especie de asesora".
"Es una delicia de mujer: lista, atractiva, divertida... Es la cita perfecta", revela por su parte el cirujano plástico neoyorquino Cap Lesesne.
Le organizaba la agenda y controlaba todos los detalles
Por otro lado, Vanity Fair recoge que, durante el viaje que realizó don Juan Carlos a Alemania en 2006, Corinna "le organizó la agenda y concertó las citas con las personas que debía conocer. Ella controlaba cada uno de los detalles. A tal punto que hasta el responsable de protocolo de la Casa del Rey estaba desconcertado".
"Era un viaje de familia y amigos. El empresario sirio Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el rey. Era, sobre todo, el viaje de dos personas mayores que querían estar en la selva juntos, probablemente por última vez en su vida, hablando frente al fuego. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño. Tengo una excelente relación con el niño, era la primera vez que él iba a un safari y ella se sentía más segura si yo estaba allí". El que habla es el empresario estadounidense Philip Atkins, el primer marido de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga de don Juan Carlos.