María Ramírez, la hija de Pedro J., se casa en Manhattan

Será el 7 de junio en Manhattan y junto al único faro rojo que existe a la orilla del río Hudson. Los periodistas María Ramírez, hija de Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, y Eduardo Suárez, ambos corresponsales del citado periódico en Nueva York, se darán el “sí quiero” en una ceremonia civil oficiada por una juez de paz y ante la presencia de cuarenta amigos, muchos de ellos compañeros del diario donde ambos se iniciaron como becarios y desarrollaron posteriormente sus carreras como corresponsales en Bruselas (ella) y Londres (él).

Todos los invitados y familiares se trasladarán tras la ceremonia al Soho en un bus escolar alquilado para la ocasión. Allí cenarán en uno de los restaurantes de la zona. Un convite y un enlace de perfil muy bajo, porque tanto María como Eduardo nunca han tenido ni querido papeles protagonistas en la vida social. Si no fuera porque ella es hija de Pedro J. Ramírez, que por supuesto estará ese día ejerciendo de padrino, se trataría de una boda romántica entre dos colegas que han elegido uno de los lugares más emblemáticos para los neoyorkinos y que sirvió de inspiración para un libro infantil: El pequeño faro rojo.

 

Se construyó en 1880 para avisar a los barcos de una zona peligrosa del río Hudson. Cayó en desuso y estuvo a punto de ser derruido, pero gracias a las miles de cartas que se enviaron y los mensajes de muchos niños pegados en sus paredes, pasó a ser monumento histórico. María se lo encontró de cara un día que paseaba en bicicleta y lo contó en su blog. Ahora ha querido que fuera el referente el día de su boda.

 

La pareja lleva un año viviendo en Nueva York. Eduardo Suárez estuvo antes en la corresponsalía de Londres y María en la de Bruselas. Ambos habían coincido como becarios en el periódico, pero no se habían tratado. Fue precisamente en Bruselas donde se conocieron más. María compartía piso con la corresponsal de La Vanguardia, que a su vez era amiga de Eduardo Suárez, y decidieron celebrar conjuntamente el cumpleaños invitando cada una a sus amistades. Eduardo viajó desde Londres y esa fiesta, como en Casablanca, fue el principio de una historia de amor que culminará en boda dentro de quince días.

 

María Ramírez tiene un currículum espectacular. Estudió en el Liceo italiano. Después periodismo, carrera en la que obtuvo veinticuatro matrículas de honor, y más tarde consiguió la prestigiosa beca Fulbright, que le permitió realizar el máster en la universidad de Columbia. Durante cuatro años se ocupó de la corresponsalía de Bruselas y de ahí a Nueva York. Los que han coincidido con ella la definen como una persona muy brillante, responsable, buena compañera, discreta y acostumbrada a que los que no conocen su trayectoria achaquen sus méritos a ser hija de su padre, aunque “ya lo tiene superado”, dicen desde su entorno.

 

Eduardo desarrolló parte de su carrera profesional en la sección de Opinión de El Mundo, hasta que lo trasladaron a Londres como corresponsal. De ahí, a Nueva York. Tienen aficiones comunes como la música en general y la ópera en particular, pasear en bici y recibir a las amistades en NYC, a las que suelen llevar al faro rojo situado bajo el puente George Washington de Manhattan.