Los 'sobrinos' del rey lo hacen "todo juntos"... menos posar ante la prensa

Fernando Gómez-Acebo y Mónica Martín Luque siguen sin reconocer abiertamente lo que los hechos evidencian: una reconciliación tras una controvertida ruptura a golpe de exclusiva. En su empeño por no abandonar la senda de las incongruencias que han marcado su relación, uno y otro continúan echando mano de evasivas cada vez que se menciona su situación sentimental.

Volvía a ocurrir la tarde de este jueves. La pareja -ejem, expareja- llegó junta, que no revuelta, y muy sonriente a la zona VIP del Espacio Arte Taurino ubicado en Las Ventas. Les esperaba la corrida de Sebastián Castella, Daniel Luque y Diego Silvetti. Pero, nada  más ver a los fotógrafos, el hijo de la infanta Pilar se separó de Martín Luque y, reacio a los flashes, dejó que su mujer -perdón, exmujer- toreara sola a la prensa. "Es que a Fernando no le gusta posar. Le da vergüenza", le excusó.

Minutos después, la empresaria y musa de Modesto Lomba hizo gala de la imprecisión que últimamente domina su vida conyugal para no dejar claro, una vez más, si Fernando Gómez-Acebo y ella han vuelto, si nunca lo han dejado o si son sólo amigos. Se limitó a señalar que tanto ella como el sobrino del rey se llevan "fenomenal", que tienen una "relación excelente" y que van "poco a poco". Eso sí, recalcó, en conversación con Vanitatis, que, en realidad, "hacemos todo juntos. Es que es tan difícil que un matrimonio o exmatrimonio se lleve fenomenal, que te separes y te sigas llevando bien... Pues ahí estamos. Ahora nos ves bien, ¿no?", espetó finalmente.

Tras estas reveladoras palabras, Mónica Martín Luque prefirió dar detalles sobre otras cuestiones menos trascendentales, bajo la atenta mirada de su marido -exmarido-. Después de dejar claro que posar no es lo suyo ("Yo lo paso fatal posando, porque estoy rígida, tensa y con un nudo en el estómago en el momento del photocall, porque, como Fernando, también soy muy tímida, pero soy incapaz de decir que no a nada... "), la exnuera real desgranó la razón de su presencia en la Feria de San Isidro. "Tenemos mucha afición taurina en mi familia. De hecho, tengo un primo que es picador. Y en la familia de Fernando son aficionados de toda la vida", reconocía.

Un torbellino llamado Ana Obregón

Mónica Martín Luque y Fernando Gómez-Acebo no fueron los únicos en dejarse ver por el espacio Arte Taurino. También lo hizo Juan Peña, que esperó más de lo deseado a que apareciese su amiga Ana Obregón, que llegó y arrasó, no sin antes comentar a todo el que quisiera escucharla que el culpable de su retraso no era otro que un atasco en plena M-30. Con un vestido con guindillas estampadas y demasiado corto para ir a los toros -según algunos de los asistentes-, la bióloga, que anunció que firmará sus memorias en la Feria del Libro de Madrid los próximos 2 y 3 de junio y que este año no habrá posado veraniego, no dudó en coger el capote para posar ante los medios sin dejar de interesarse por cómo había que cogerlo.

Obregón, que no dejaba de preguntar a unos y a otros quién toreaba esa tarde mientras desafiaba a la Ley Antitabaco fumándose un cigarrillo junto a Peña dentro del Espacio Arte Taurino, todavía tuvo que hacer frente a un pequeño disgusto antes de poner rumbo a la plaza de toros, cuando se enteró de que sus localidades y las de sus amigos -los sobrinos del rey y Juan Peña- estaban en lugares alejados e, incluso, debía hacer un paseíllo escaleras arriba con su minivestido, ya que, al contrario que en otras ocasiones, su asiento no se encontraba en la barrera.

La presentadora, escritora y actriz, entre otras facetas, no se reencontró por los pelos con su excompañero de programas Ramón García, que minutos antes paseó por la zona VIP junto a su mujer, Patricia Cerezo. Amigo íntimo de Enrique Ponce y de Diego Silvetti y gran aficionado a la Fiesta Nacional, el presentador dejó claro que si el jueves lo dedicaba a los toros, el viernes haría lo propio con el fútbol. "Seguiré muy de cerca la final de la Copa del Rey del Athletic de Bilbao", confesó García, al tiempo que bromeaba sobre la presencia de Obregón. "Si viene Ana, nos vamos corriendo", se le oyó decir.