La declaración de amor de Juan Ramón Lucas a Sandra Ibarra
"Cuando Juanra comenzó a leer mi libro y los primeros momentos de la enfermedad, me dijo: 'Aquí ya te quería'. Él creyó en mí. Hizo suya
"Cuando Juanra comenzó a leer mi libro y los primeros momentos de la enfermedad, me dijo: 'Aquí ya te quería'. Él creyó en mí. Hizo suya esta tarea y me ha ayudado mucho, porque no ha sido fácil enfrentarse a ello y revivirlo otra vez, pero creo que ha sido un ejercicio que me ha compensado". La que habla es una Sandra Ibarra emocionada al recordar ciertos episodios de su vida y, sobre todo, la declaración de amor en toda regla de su pareja, el periodista Juan Ramón Lucas, cuando empezó a leer las primeras páginas de su nuevo libro, Las cuentas de la felicidad (Planeta).
"Él no ha vivido conmigo los dos episodios de cáncer, pero me ha apoyado muchísimo, junto con mi madre, que ha sido mi memoria en este proceso. Piensa que en el hospital pierdes la noción del tiempo", confiesa en conversación con Vanitatis, al tiempo que reconoce que no se ha dejado nada por contar. "Ha sido un desnudo integral, no me he guardado nada, ni siquiera lo que no me gustaba. Y eso que ha habido momentos muy duros, brutales, pero el libro ha sido también como una forma de superarlo y de ordenar tu vida, porque yo plasmé determinados instantes y sentimientos por escrito, en servilletas, en cuadernos... a modo de diarios".
Entre esos momentos, Sandra Ibarra, quien descarta tener hijos por el momento ("Es incompatible el ritmo que llevo ahora con los niños"), recuerda uno muy especial. "Me habían hecho unas pruebas con un líquido y tenía que estar tumbada, pero yo me empeñé en ir al concierto de uno de mis grupos favoritos: Los Secretos. Era el año 1995 en Medina del Campo. Me puse tacones, minifalda y me planté en el balcón de un amigo en el que habían colocado un sofá para que me tumbara. Pero yo bailaba y cuando me dolía me sentaba. Tenía que disfrutarlo porque pensaba que ése podía ser el último concierto de Los Secretos al que iba. Años después, fui al del 30 aniversario e incluso pude hablar con Álvaro Urquijo, y me dedicó una canción, ¡Quién me lo iba a decir! Viví ese segundo concierto a tope porque años antes no imaginaba que estaría ahí".
Sandra Ibarra, que confía en que su libro sea "un regalo útil para la gente", insiste en la importancia de apostar por el optimismo para que la mente no enferme como el cuerpo. "En el cáncer, los polos opuestos están unidos todo el rato: la risa y el llanto, la vida y la muerte, la lucha y el desaliento. Por eso, hay que hacer un ejercicio cada día, en cada instante, para controlar tu cabeza. Son pequeños detalles que te hacen vivir el presente y disfrutarlo. Como cuando entras en una tienda y escuchas una canción, y entonces llamas a esa amiga con la que fuiste al concierto en cuestión para decirle que te has acordado de ella, y le haces feliz. Todo lo que das, lo recibes y hay que tener presente qué esperas cada día y prestar atención a la vida".
¿Y qué espera Sandra Ibarra? "Espero hacer feliz a la gente, que todo esto le sirva, al igual que mi sufrimiento. Es un gesto de generosidad, pero también de solidaridad. Cuando yo me sometí a un ensayo clínico porque apenas había medios, mi madre y yo tuvimos que decidir en una hora si lo hacía o no. Y pensé: 'No sé si me servirá a mí, pero si sirve para la gente que enferme después que yo, lo haré'. Y firmé la autorización", revela Ibarra, que es, además de presidenta de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer, embajadora de Mensajeros de la Paz.
"Cuando Juanra comenzó a leer mi libro y los primeros momentos de la enfermedad, me dijo: 'Aquí ya te quería'. Él creyó en mí. Hizo suya esta tarea y me ha ayudado mucho, porque no ha sido fácil enfrentarse a ello y revivirlo otra vez, pero creo que ha sido un ejercicio que me ha compensado". La que habla es una Sandra Ibarra emocionada al recordar ciertos episodios de su vida y, sobre todo, la declaración de amor en toda regla de su pareja, el periodista Juan Ramón Lucas, cuando empezó a leer las primeras páginas de su nuevo libro, Las cuentas de la felicidad (Planeta).