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Los excesos de los futbolistas durante sus vacaciones
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Los excesos de los futbolistas durante sus vacaciones

Vuelos privados, yates, limusinas, playas paradisíacas y mucha ostentación. Cada año los futbolistas se ponen en el punto de mira mediático por los excesos y lujos que

Vuelos privados, yates, limusinas, playas paradisíacas y mucha ostentación. Cada año los futbolistas se ponen en el punto de mira mediático por los excesos y lujos que manifiestan durante la época estival, justo antes de comenzar con la pretemporada a principios de agosto. Cesc Fábregas, Iker Casillas, Cristiano Ronaldo o Gerard Piqué. Los jugadores se olvidan de los duros entrenamientos quemando tarjeta en tiempos de crisis.

Sergio Ramos también se ha apuntado a este dispendio vacacional. El madridista, que ha vuelto a la soltería tras romper su relación con la periodista Lara Álvarez, tal y como adelantó Vanitatis, ha vivido parte del mes de julio entre Marbella, Sevilla, Ibiza y Madrid. Además de ser habituales sus viajes a bordo de un lujoso yate en las aguas de la isla pitiusa, como muestran las imágenes que ha ido subiendo a su cuenta de Twitter, el futbolista pasó unos días de desenfreno en Marbella a mediados de julio junto a sus amigos antes de asistir a la boda de su hermana Miriam en Sevilla.

De hecho, en la ciudad malagueña, y según ha podido confirmar Vanitatis, Ramos reservó varias habitaciones para él y todos sus amigos, entre ellos su cuñado, en el exclusivo hotel Villapadierma, conocido por haber sido elegido por Michelle Obama en su viaje a la Costa del Sol. Dormir en sus estancias, en las que también se han alojado Flavio Briatore y su mujer, la modelo Elisabetta Gregoraci, puede costar en torno a los 400 euros, aunque si se elige una de sus villas, el coste asciende hasta los 1.800 euros. 

Pero quien ha ido un paso más allá en la ostentación este verano ha sido Cesc Fábregas. Además de su periplo por Indonesia junto a su novia, Daniella Semaan, el culé pasó de disfrutar del sol de Cerdeña a bañarse en las calas de la isla pitusa. Aunque sin duda su escapada a Menorca, en la que solo estuvo unas horas, ha sido la que más ha dado que hablar.

Un viaje express para el que contrató un avión privado y donde se alojó en el Hotel Insotel Punta Prima Prestige Suistes & Spa, uno de los más lujosos de la isla, cuyo precio por noche ronda los 1.000 euros. Una cifra a la que habría que sumar el coste adicional por disfrutar de algunas instalaciones del recinto como el Spa. Además, la pareja, que también estuvo acompañada por el hijo de ella, comió en el restaurante Cap Roig de Cala Mesquida, uno de los locales más exclusivos de Mahón. El viaje entre el aeropuerto y el hotel lo hicieron en una limusina que les esperaba a pie de pista.

Mucho más comedidos se han mostrado Iker Casillas y Sara Carbonero, que este año tampoco han podido esconderse de los paparazzi. Volaron en clase Business, vuelo en el que curiosamente coincidieron con Andrés Iniesta, hasta Miami. Una vez en la ciudad, el guardameta y la periodista cambiaron los lujos de un hotel por la intimidad de la mansión de su amigo Alejandro Sanz, que esos días estaba en España.

Tras esta parada low cost, la pareja viajó a Houston (Texas) y luego a Venezuela para cumplir con algunos compromisos solidarios de Casillas. Sin embargo, su destino final fueron las paradisíacas playas de las islas vírgenes, en el corazón del Caribe. Un viaje que puede rondar los 2.000 euros por persona, siempre dependiendo del alojamiento que se elija, lo que puede incrementar considerablemente el precio.    

El ‘paddleboarding’ de Piqué

Los que sí han disfrutado de unas vacaciones menos ostentosas han sido Shakira y Piqué, que han conseguido dar esquinazo a los medios gráficos. La pareja pasó unos días descansando en la República Dominicana donde practicaron paddleboarding, el deporte acuático de moda, antes de viajar a Miami, donde la cantante tiene una mansión en la costa norte de la bahía. Una vez allí, los dos visitaron el Seaquiarium de la ciudad, considerado el más grande de los Estados Unidos.    

Por su parte, Cristiano Ronaldo también inició sus vacaciones por todo lo alto. Eligió Saint Tropez, uno de los destinos favoritos de los Vips, para juntar a su familia con su novia, la top rusa Irina Shayk, en un lujoso yate.

Tras esta escapada a la Costa Azul francesa, Cristiano Ronaldo continuó con sus vacaciones en el Algarve, como suele ser habitual en el madridista, antes de mudarse a su nueva mansión, un búnker situado en la Sierra de Gerês (Minho), con 700 metros cuadrados de mansión. No sin antes organizar una fiesta por todo lo alto para su inauguración.  

Vuelos privados, yates, limusinas, playas paradisíacas y mucha ostentación. Cada año los futbolistas se ponen en el punto de mira mediático por los excesos y lujos que manifiestan durante la época estival, justo antes de comenzar con la pretemporada a principios de agosto. Cesc Fábregas, Iker Casillas, Cristiano Ronaldo o Gerard Piqué. Los jugadores se olvidan de los duros entrenamientos quemando tarjeta en tiempos de crisis.