El marido de Segrelles continúa con su rutina ajeno a su inminente divorcio

Con puro en mano y paseando muy tranquilo. Emilio Álvarez, el todavía marido de Paloma Segrelles, continúa con su rutina diaria y atendiendo a sus quehaceres después de que su mujer decidiese pedir finalmente el divorcio.

Mientras llega el momento definitivo en el que se ratifique el mismo, alentado por unas fotografías de Álvarez besando en plena calle a otra mujer, tal y como publicó Vanitatis en exclusiva, el empresario se muestra sosegado y sin querer descuidar sus gestiones cotidianas por Madrid. Se le ha podido ver estos días por la ciudad, con muy buen aspecto y ánimo, ajeno por completo  a la polémica.

Casi un mes más tarde de la publicación de esa imagen, la pareja sigue viviendo bajo el mismo techo, en su casa de Puerta de Hierro, pero queriendo poner fin a sus problemas matrimoniales. “He tomado la decisión de presentar la demanda de divorcio ya que las circunstancias no han cambiado”, escribió la propia Segrelles en una carta enviada a Vanitatis.

Por tanto, se prevé un duro verano por delante para Álvarez y Segrelles, que se ha refugiado en su madre en estos momentos tan delicados y también en sus gemelas, de dos años de edad, a las que intenta mantener al margen. “Precisamente por el bien de sus hijas Paloma pretende un divorcio no contencioso, sin demasiadas pretensiones económicas. No quiere que su proceso de separación se convierta en carne de portada”, señalaron fuentes de su entorno consultadas por este medio.

La doble vida de Emilio Álvarez

La mala situación matrimonial de Segrelles y Álvarez, que se remonta a meses atrás, saltó a los medios cuando Vanitatis publicó una comprometida fotografía del empresario en la que se observa como besa a una joven, que conoció en su entorno laboral, mientras ambos pasean por las calles de Madrid. Una imagen que destapó la doble vida que llevaba Emilio Álvarez.

Paloma Segrelles y Álvarez, uno de los siete hijos del propietario del grupo Eulen y las bodegas Vega Sicilia, se casaron hace cinco años, el pasado 6 de julio de 2007, en una ceremonia celebrada en la iglesia de Santiago de Madrid y con más de cuatrocientos invitados.