Solo hubo dos invitados en la boda de Felipe González y Mar García Vaquero

A la boda de Felipe y Mar García Vaquero solo asistieron dos hijos. El resto estaban de vacaciones. Felipe González y Mar García Vaquero lo tenían muy claro. No querían una boda con altavoz social y multitudinaria porque no es el estilo de ninguno de los dos. Ambos han llevado su noviazgo con total discreción y nunca han respondido a ciertos rumores intencionados que les separaban cada cierto tiempo.

Se casaron este jueves en la Junta Municipal de Retiro, muy cerca de su domicilio, en una ceremonia muy breve y acompañados de pocos familiares. Una hija de Mar y María, la pequeña del expresidente, estuvieron presentes. El resto se encontraban de vacaciones y se enteraron de la noticia unos esa misma mañana y otros el día anterior. La hermana Begoña y su marido, Pedro Trapote, tampoco acudieron porque se encontraban en Chicago en la graduación de su hijo.

La celebración general será seguramente dentro de unos días y en la  villa que Pedro Trapote tiene en Marbella. Nada espectacular ni llamativo ni diferente a las reuniones familiares que suelen organizarse todos los años en estas fechas en la casa de verano del cuñado.

Desde que en marzo pasado el expresidente tuvo la sentencia de divorcio, la idea de ambos era casarse. Y según parece quién tenía más interés en cambiar de estado civil era González, incluso más que la propia Mar. Comparten el piso del barrio de Salamanca y  llevan una vida de pareja estable, con lo cual la boda no ha cambiado sustancialmente sus vidas.

El año pasado por estas fechas la pareja disfrutaba de un crucero por aguas turcas con las hermanas, hijos y sobrinos de Mar.

La relación de la pareja saltó a la primera plana informativa gracias a Vanitatis en noviembre de 2008. Fue entonces cuando el político, ya separado de Romero, y Mar García Vaquero se dejaron ver en Punta del Este (Uruguay), donde González participó en una jornada económica organizada por la Fundación Círculo de Montevideo. Nunca se escondieron pero tampoco hicieron alarde de una relación que ha acabado en boda.