Los Banderas reaparecen juntos para acallar los rumores de crisis

La gala Starlite cumplía su tercera edición con una puesta en escena en toda regla de la familia Banderas al completo. Hicieron esto para acallar los rumores de crisis, sobre las supuestas desavenencias conyugales del actor y su esposa Melanie Griffith, que corrían de mentidero en mentidero este verano. En la puesta en escena de este particular ‘Belén’ veraniego no faltó en el cuadro la carita angelical de Estela del Carmen, la hija de la pareja, que sonreía tímidamente de izquierda a derecha para que los fotógrafos le cogieran el mejor plano.

”Estoy esperando a que se acaben los fantasmas y empiecen las hadas”, arengaba Banderas que desmintió los rumores que existen en cuanto a la ruptura de su matrimonio por unas imágenes en las que salía bailando con una chica. Su puntilla fue “¿Cuántas veces nos han divorciado ya?”

Las cacareadas frases de rigor salieron enseguida de la boca de Antonio. Tal vez este sea el mejor guión que el actor se ha aprendido del libreto de la vida. Que si  "…No soy un turista, esta es mi tierra" o a pesar de que Marbella ha estado "vapuleada" durante mucho tiempo, tiene cosas buenas como mi hija Estela, que nació en la ciudad costasoleña”.

En fin, que todo vale con tal de vender solidaridad y llenaron la cantera de Nagüelles con 470 cubiertos. El dinero recaudado en la cena benéfica irá destinado a las fundaciones Lágrimas y Favores y Niños en Alegría. Antonio precisó que la organización que preside entrega todo lo que recauda anualmente y, a renglón seguido, subrayó que en la situación de crisis que atraviesa el país, "es una obligación para todos" realizar galas de este tipo. En cuanto a las dudas que rodean a estos actos benéficos y a sus objetivos filantrópicos, ironizó con que "estas cosas se confunden" y trajo a la memoria un proyecto solidario que realizó en 1994 con UNICEF, en donde le recriminaron en rueda de prensa que con ello pretendía un lavado de imagen. 

Esta vez sin Longoria

En este tercer encuentro faltaron caras y sobraron comentarios tipo: “Que pena que el clan Longoria no esté aquí, porque le daba mucha vidilla al evento”. La crisis ha llegado a correr hasta los presupuestos de la gala estrella del verano marbellí. Por no venir ni siquiera acudió la alcaldesa de la ciudad, Ángeles Muñoz que prefiere navegar por aguas suecas a representar su ciudad.

Todos comentaban que mientras que el pasado año los fotógrafos no sabían donde disparar en el Hotel Villa Padierna, con el acopio de celebrities que se les juntaban por metro cuadrado, este año… lo tenían crudo. IHubo hasta una bronca de la que se quitó del medio Melanie Griffith. Así que los gráficos tuvieron que conformarse con nombres tipo Pastora Soler, Eugenia Silva, Carmen Lomana; John Secada,  Ángel Garó; Ana Obregón, María Pineda; los Hohenlohe o los Von Bismarck.

Y David Bisbal al que todos creían que iban a inmortalizar cerca de su ex mujer. Pero finalmente el morbo del encuentro entre el  cantate y Elena Tablada no se materializó porque ella no asistió.

A falta de caras, los asistentes que compraron solidariamente los cubiertos, su precio de 800 a 1000 euros, daba para comentarios tipo: que si la presentadora Anne Igartiburu se ha puesto prótesis, que si Imanol Arias cada día está más rejuvenecido, que si la actuación de David Bisbal no tenía la frescura de antes... En fin, que al final lo que más gustó fueron las sevillanas que Cecilia Gómez se marcó en escena y ésta vez sin tener que dar ninguna explicación sobre los ‘asuntos’ de Fran Rivera. Dentro de unos días empieza con la preparación de su montaje Chavela y está completamente emocionada.

La sirena de la dulzura

La dulzura de la actriz Daryl Hannah salvó la noche. Incluso tuvo el valor de ponerse a chapurrear algo de castellano. Su ‘compi’ de rodaje, Antonio Banderas, la calificó como "una activista guerrera", ya que ha estado manifestándose en la Casa Blanca por un oleoducto. También aludió a su pasión por el "reino animal".

Daryl Hannah, que recibía el Premio Humanitario Starlite 2012 por su labor de preservación del Medio Ambiente, pasó toda la noche al lado de su amiga Melanie, incluso en el lunch donde se fumó una cachimba con ella. Una vez más, el triángulo amoroso orquestado por Fernando Trueba en Two Much tomaba vida con los protagonistas veinte años después.

Desde el sofá de al lado, mientras su madre y Daryl se fumaban la ‘pipa’ de la paz, Estela del Carmen miraba las escenas como ausente. Ella parece ser ajena a todo este mundo y según su padre es “excesivamente tímida y no le gustan las fotos”. A veces, ayuda a su madre en labores solidarias y resaltó que en su colegio tiene "un grupo para ayudar en varios sitios en diferentes cosas".

La subasta de la casa 

La cena de Paco Roncero servida por ElBulli catering fue el momento ideal para iniciar una subasta guiada por la incombustible Ana Obregón, criticada por gritar con desmesura los productos a ofrecer. Como contrapunto, Borja Voces suavizaba la escena. Cena, concierto y subasta: todo en un pack completo. Al final, Banderas subió al escenario y le puso la guinda al mercadeo ofreciendo su casa a un ruso por 12.000 euros: “usted podrá estar cinco días en mi chalé”.

Eso sí, aludió a que en cualquier momento podría llegar una piqueta del Ayuntamiento y derribarla.  “Así está el tema”, dijo ironizando sobre la sentencia del TSJA (Tribunal Superior de Justicia Andaluz) que pesa sobre su vivienda. Luego, Melannie se consiguió un spa por 5000 euros e Inmanol Arias el coche que sorteaba la Ford. Este año, para acallar “las malas lenguas” la organizadora del evento, Sandra San Juan, mostrará los resultados públicamente. Así, todos felices, todos encantados, comieron perdices.