El príncipe estafador pide perdón
Engañó a importantes entidades financieras, a amigos, familiares, a gran parte de los altos estamentos de la sociedad e incluso a miembros de la Familia Real haciéndose
Engañó a importantes entidades financieras, a amigos, familiares, a gran parte de los altos estamentos de la sociedad e incluso a miembros de la Familia Real haciéndose pasar por sus parientes y falsificando documentos oficiales en los que aseguraba ser el inversor privado de Isak Andic (dueño de Mango) o Alicia Koplowitz y, ahora que le han descubierto, parece arrepentirse de sus 20 años de estafa.
Jacinto Rosselló Solivellas asegura estar pagando ahora con creces el daño que ha provocado. "He arriesgado mucho. Por eso Dios me ha castigado. A todo cerdo le llega su San Martín (...). Yo tengo sentimientos, no soy un ogro que lo ha premeditado todo fríamente. No pasa un sólo día sin que me arrepienta de muchas de las cosas que he hecho", confiesa en una entrevista concedida a Vanity Fair en la que desvela estar gravemente enfermo.
"Dios mío, quiero dormirme y no despertar... Yo pensaba parar con esto. Porque creo que esta enfermedad que tengo es una señal (...). Sólo tengo una célula. Mi médico también me dice que tengo muy buena cara. Y es que hasta con una célula tengo buena pinta", llega a afirmar, al tiempo que reconoce sin reparos que uno de los motivos por los que se inventó un mundo paralelo fue el sufrimiento que vivío de pequeño. "Se metieron tanto conmigo por cómo era que tuve que hacerlo".
Rosselló, que sabe de la existencia del verdadero príncipe Corsini, por el que se hizo pasar durante 20 años logrando introducirse en fiestas, puestos de trabajo y hasta en la realeza, lamenta que le hayan descubierto. "No puedo comer, el disgusto es... ¿Qué voy a hacer ahora que me han destapado? ¿Dónde trabajaré ahora? La gente me señalará por la calle y a mi madre, mi abuela (...). No he ahorrado nada, he vivido muy bien. Tendré que poner todos mis bienes a la venta y exiliarme como Urdangarin. Tanto tiempo gastado, tanto esfuerzo y dinero, ¿Para qué?", confiesa a la publicación.
Precisamente, el príncipe estafador, que aseguraba ser primo de don Felipe y llegó a falsificar la lista de los mejor vestidos en el New York Times, aprovecha para recordar el momento en el que, supuestamente, conoció al duque de Palma. "Le conocí en un avión, iba sentado a mi lado. Se empeñaba en charlar conmigo, pero yo ese día no estaba para darle conversación a nadie. Me dio su teléfono para que fuera a cenar un día con su mujer, con Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria. Pero, claro, ¿cómo iba yo a cenar con Rosario si ella sabía lo que sabía?" (Al parecer, Nadal conocía toda la verdad sobre su vida).
La intención de Rosselló, que continúa en la calle pese a su estafa, es encarar su vida "con coraje, aunque no lo tenga ahora. Tendré un futuro desnudo (...). Me curaré. De los que fueron mis 'amigos', los que aseguraban serlo, mejor no hablar. Entiendo sus motivos al sentirse defraudados. Espero entiendan los míos por no intentar aclarar según qué cosas (...). La vida me ha enseñado que, así como yo he defraudado o engañado a los demás, mejor es no fiarse de nadie".
Engañó a importantes entidades financieras, a amigos, familiares, a gran parte de los altos estamentos de la sociedad e incluso a miembros de la Familia Real haciéndose pasar por sus parientes y falsificando documentos oficiales en los que aseguraba ser el inversor privado de Isak Andic (dueño de Mango) o Alicia Koplowitz y, ahora que le han descubierto, parece arrepentirse de sus 20 años de estafa.