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Fallece el actor Carlos Larrañaga a los 75 años
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Fallece el actor Carlos Larrañaga a los 75 años

El actor barcelonés Carlos Larrañaga murió este jueves por la tarde en un centro sanitario de Málaga a los 75 años a consecuencia de las complicaciones

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Fallece el actor Carlos Larrañaga a los 75 años

El actor barcelonés Carlos Larrañaga murió este jueves por la tarde en un centro sanitario de Málaga a los 75 años a consecuencia de las complicaciones por la "descompensación cardiaca" por la que tuvo que ser ingresado la pasada semana, han confirmado fuentes hospitalarias.

El actor, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, había sido ingresado el 20 de agosto en el hospital Xanit Internacional de Benalmádena (Málaga), el mismo en el que fue operado el 9 de enero de un tumor en las vías urinarias y del que tuvo que ser intervenido en una segunda ocasión. Larrañaga, uno de los grandes galanes españoles del cine y del teatro, también estuvo ingresado entre finales de marzo y mayo pasado en la clínica Premium de Estepona (Málaga).

Pertenecía a una familia de actores y a lo largo de su carrera había trabajado tanto en cine como en teatro y televisión. Entre sus trabajos se encuentran producciones tan exitosas como la serie de televisión 'Farmacia de guardia' o la película 'El extraño viaje', de Fernando Fernán Gómez.

Desde su debut con 4 años en la película Alma de Dios, Carlos Larrañaga fue el galán completo, no sólo por su potente atractivo y fotogenia sino porque desplegó su talento en todos los medios, en los que hizo de malo y de bueno, de duque y de siervo, de hijo y de abuelo, pero siempre, siempre, seductor.

Conquistador vocacional

La profesión la llevaba en la sangre. Nació el 11 de marzo de 1937, en una familia criada en las 'tablas'. Hijo de actores -Pedro Larrañaga y María Fernanda Ladrón de Guevara-, hermano -Amparo Rivelles-, padre -Luis y Amparo-, suegro -Maribel Verdú-, pareja -María Luisa Merlo, Ana Diosdado, Ana Escribano-, Larrañaga fue en sus 75 años de vida un conquistador vocacional, adorado por el público desde que puso "ojitos" en su primer filme.

Con una lista de "ligues" casi tan larga como la de sus trabajos en teatro, televisión y cine, decía que cuando era joven gustaba a las mujeres y fastidiaba a los hombres pero que con la edad ya "solo" les resultaba "atractivo" a las señoras y simpático a los maridos.

Eso le hacía "gracia" porque, presumía, había sabido envejecer "con inteligencia y sentido del humor" pero detestaba que se conociesen sus "flaquezas". "Yo ya no jodo, molesto", decía riéndose de sí mismo.

Un año agitado

Sufrió un accidente cerebro vascular y en enero de este año debió ser intervenido de un tumor en las vías urinarias en el Hospital Internacional Xanit de Benalmádena (Málaga). En marzo recibió el alta y a finales de ese mes fue trasladado para continuar la recuperación de las complicaciones respiratorias que le habían surgido a la clínica Premium de Estepona (Málaga).

Le dieron el alta el 9 de mayo para seguir en su domicilio la rehabilitación. De hecho, como ya publicó Vanitatis,  su recuperación parecía ir viento en popa antes de volver a ser ingresado el 20 de agosto por "una descompensación cardiaca".

Carlos empezaba a dar sus primeros pasos justo la semana pasada. Estaba contento y animado y su recuperación de las funciones motoras era fantástica, ya que había perdido mucha musculatura en el post operatorio, pero su fuerza de voluntad le estaba curando. Se encontraba debilitado pero con muchas ganas de curarse y no pensábamos en esta recaída”, explicaban a este portal fuentes medicas de la Clínica Premium.


Reaparición teatral

La reaparición teatral de Carlos Larrañaga estaba prevista para el 5 de agosto de este año en San Sebastián junto a su ex mujer, María Luisa Merlo, con la obra 'Quizás, quizás', producida por su hijo, Pedro Larrañaga, pero no pudo ser porque su recuperación estaba siendo más lenta de lo previsto.

En una aparición pública el 14 de octubre de 2010, para apadrinar la campaña contra la Degeneración Macular asociada a la Edad, reveló que el último año había estado a punto de morir porque había sufrido un ictus y cinco operaciones pero que la vanidad le había impedido hacerlo público, porque prefería "dar envidia que pena".

El actor barcelonés Carlos Larrañaga murió este jueves por la tarde en un centro sanitario de Málaga a los 75 años a consecuencia de las complicaciones por la "descompensación cardiaca" por la que tuvo que ser ingresado la pasada semana, han confirmado fuentes hospitalarias.

El actor, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, había sido ingresado el 20 de agosto en el hospital Xanit Internacional de Benalmádena (Málaga), el mismo en el que fue operado el 9 de enero de un tumor en las vías urinarias y del que tuvo que ser intervenido en una segunda ocasión. Larrañaga, uno de los grandes galanes españoles del cine y del teatro, también estuvo ingresado entre finales de marzo y mayo pasado en la clínica Premium de Estepona (Málaga).

Pertenecía a una familia de actores y a lo largo de su carrera había trabajado tanto en cine como en teatro y televisión. Entre sus trabajos se encuentran producciones tan exitosas como la serie de televisión 'Farmacia de guardia' o la película 'El extraño viaje', de Fernando Fernán Gómez.

Desde su debut con 4 años en la película Alma de Dios, Carlos Larrañaga fue el galán completo, no sólo por su potente atractivo y fotogenia sino porque desplegó su talento en todos los medios, en los que hizo de malo y de bueno, de duque y de siervo, de hijo y de abuelo, pero siempre, siempre, seductor.

Conquistador vocacional

La profesión la llevaba en la sangre. Nació el 11 de marzo de 1937, en una familia criada en las 'tablas'. Hijo de actores -Pedro Larrañaga y María Fernanda Ladrón de Guevara-, hermano -Amparo Rivelles-, padre -Luis y Amparo-, suegro -Maribel Verdú-, pareja -María Luisa Merlo, Ana Diosdado, Ana Escribano-, Larrañaga fue en sus 75 años de vida un conquistador vocacional, adorado por el público desde que puso "ojitos" en su primer filme.

Con una lista de "ligues" casi tan larga como la de sus trabajos en teatro, televisión y cine, decía que cuando era joven gustaba a las mujeres y fastidiaba a los hombres pero que con la edad ya "solo" les resultaba "atractivo" a las señoras y simpático a los maridos.

Eso le hacía "gracia" porque, presumía, había sabido envejecer "con inteligencia y sentido del humor" pero detestaba que se conociesen sus "flaquezas". "Yo ya no jodo, molesto", decía riéndose de sí mismo.

Un año agitado