La duquesa de Alba no quiere saber nada de los hermanos Rivera; tampoco de Cayetano

La decisión de Cayetano y Francisco Rivera de retirarse de los toros en tan corto espacio de tiempo ha dejado a la duquesa de Alba, su gran seguidora en las plazas, fría como un témpano. No ha hecho comentarios públicos al respecto, porque no quiere entrar en contenciosos verbales con ellos, pero en privado ha asegurado que ya no existen en su vida, tal y como narran fuentes de su entorno a Vanitatis.

En el caso de que Cayetano vuelva a los ruedos tampoco irá a la plaza, ha asegurado, aunque antes de verano afirmaba que era uno de sus preferidos y que incluso le gustaba más que Francisco. Del primogénito de los Rivera no quiere ni oír hablar desde que interpuso la demanda por la custodia de la hija que tiene en común con Eugenia Martínez de Irujo, la pequeña de los Alba, y con ello revolucionó la vida familiar.

El disgusto de Cayetana fue tremendo, tanto que aún no se ha recuperado del todo. Incluso anuló el viaje que hace todos los años por estas fechas, para estar cerca de su hija Eugenia. Cayetano ha sido el damnificado colateral por la actitud de su hermano Fran.

Este jueves será la estrella invitada, junto a su marido Alfonso Díez, en la cena solidaria que han organizado la propia Eugenia en El Retiro de Madrid, con la intención de recaudar fondos para su ONG’s Pequeño Deseo.

La presencia de Cayetana en esta fiesta supone un aliciente más porque desde que se supo públicamente de la demanda no volvió a aparecer en un acto social, ya que anímicamente se encontraba muy mal. Sus únicas salidas eran a casa de sus amistades íntimas, como Carmen Tello y Curro Romero. Con ellos estuvo la semana pasada, coincidiendo con la celebración del aniversario de su amiga, que casualmente cumple años el mismo día que su nieta ‘Tana’.

La duquesa, que es de ideas fijas, no tiene intención de relacionarse de ninguna manera con Francisco, al que considera un traidor. Desde que salió a la luz pública la disputa legal espera una llamada del exyerno para darle algún tipo de explicación. Nunca la recibió y ahora, como dice, es demasiado tarde. Con respecto a los toros, su comentario es que “la fiesta no pierde mucho con su despedida”. Ya se sabe que del amor al odio hay un paso.