Carbonero aterriza en Oviedo con dos estilistas para cubrir los Premios Príncipes de Asturias

Sara Carbonero viajó hasta Oviedo para cubrir como periodista la entrega de los Premios Príncipes de Asturias y, a su vez, para apoyar a su novio, el portero de la Selección Española, Iker Casillas, uno de los premiados junto al también futbolista Xavi Hernández. Sara aterrizó en el aeropuerto del Principado, muy cerca de la localidad de Avilés, sobre las nueve de la mañana de este viernes. Viajaba en un vuelo de la compañía Iberia procedente de Madrid. Lo hacía acompañada de su amiga y compañera, la periodista y también presentadora de Telecinco Isabel Jiménez, y un grupo de unas tres personas entre las que se encontraban su estilista y maquilladora, que ejercían de ayudante.

Todos han viajado en clase turista. La novia del cancerbero de La Roja lucía ropa casual, con un vistoso bolso de Louis Vuitton y parecía cansada. Sus compañeros eran los que portaban los bártulos y los atuendos que ella vestiría posteriormente. La periodista atendió sin problemas a todos aquellos que le pedían autógrafos y fotos porque la expectación en el avión fue mayúscula. Se trata de un viaje de amor y trabajo para Carbonero.

En torno a las dos de la tarde, Sara llegó al hotel Reconquista entre una nube de fotógrafos y, lejos de mostrarse amable y cercana con los profesionales gráficos y demás periodistas, como sí ha hecho la Reina Sofía, la novia del deportista les sorprendió enfadada: “Yo no puedo posar porque he venido para trabajar”, dijo con gesto airado.

En la fotografía de grupo hubo tres sonadas ausencias. La de Philip Roth, convaleciente de su operación de espalda, Iker Casillas y Xavi Hernández, que no pudieron llegar a tiempo. El primero salió de Madrid cerca de la una del mediodía, justo para llegar a tiempo a la ceremonia de entrega de los galardones de las 19:00 horas. Por su parte, Xavi viajó desde Barcelona a las dos de la tarde. Su ausencia fue motivo de tertulia entre todos los periodistas, especialmente los deportivos, que abarrotaron la recepción del Hotel Reconquista, donde se hospedan los príncipes de Asturias.