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David Bustamante y Paula Echevarría no consiguen vender su casoplón de 1,5 millones de euros
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David Bustamante y Paula Echevarría no consiguen vender su casoplón de 1,5 millones de euros

David Bustamante no consigue deshacerse del chalet que posee en una exclusiva urbanización situada en las afueras de Madrid, que puso a la venta hace ya

Foto: David Bustamante y Paula Echevarría no consiguen vender su casoplón de 1,5 millones de euros
David Bustamante y Paula Echevarría no consiguen vender su casoplón de 1,5 millones de euros

David Bustamante no consigue deshacerse del chalet que posee en una exclusiva urbanización situada en las afueras de Madrid, que puso a la venta hace ya casi un año y medio. El cantante y su mujer, la actriz Paula Echevarría, han recibido varias ofertas desde entonces, pero ninguna se ajusta a sus pretensiones. El matrimonio no quiere bajar el precio de 'El Cantábrico', el nombre con el que bautizaron la casa que compraron meses antes de darse el ‘sí, quiero’ en 2006, en la que llevan cerca de seis años viviendo. Piden un millón y medio de euros aunque, al parecer, todavía no han encontrado con ningún comprador con la suficiente liquidez como para ejecutar dicha adquisición.

David y Paula, pareja de moda, no tienen prisa en irse del casoplón, que sigue a la venta en una conocida inmobiliaria, en la que confían otras celebrities afines al mundo del cuore. El domicilio del cantante, que estos últimos días se ha visto inmerso en una polémica tras protagonizar una trifulca en el terreno de juego, cuenta con 2.500 metros cuadrados, jardín, piscina, seis dormitorios, cinco baños, terraza de cincuenta metros cuadrados, cocina, aire acondicionado, calefacción, alarma, garaje y demás instalaciones de lujo. “La casa es preciosa y me va a dar mucha pena marcharme. Hasta que no venda la mía, no voy a mirar otras”, han contado sus inquilinos en algunas de sus apariciones públicas cuando se les ha preguntado al respecto.

El cantante y la actriz quieren buscar un nuevo hogar, pero mucho más pequeño y, sobre todo, que esté rodeado de grandes medidas de seguridad. Los paparazzi siguen siendo, once años después de que se terminara Operación Triunfo, la presencia más incómoda para la pareja. Entre los posibles nuevos destinos que barajan se encuentra La Finca, nido de vips y personajes famosos de la escena social, a la que en breve se mudarán Iker Casillas y Sara Carbonero o Luis Alfonso de Borbón junto a su mujer Margarita Vargas. “Tenemos muchos más amigos por la zona de Boadilla y Pozuelo de Alarcón, pero vivir en La Finca sería genial. Es fantástico que nadie sepa dónde vives. Si no la detectan esta vez, mejor que mejor”, contó Paula Echevarría en conversación con este portal cuando trascendió la noticia.

Los fracasados negocios inmobiliarios de Bustamante

De momento, David Bustamante no está teniendo mucha suerte con la venta de su residencia madrileña. Al igual que la ventura tampoco acompañó su proyecto inmobiliario en Honduras. El extriunfito tenía pensado establecer su residencia de verano en la isla de Roatán, en el país ubicado en América Central, un lugar del que Bustamante se enamoró en cuanto lo visitó. Pero los problemas para su construcción y otros derivados de este mismo proceso solo complicaron más las cosas desde el principio. Lo que iba a convertirse en el retiro espiritual del cántabro y su familia, está a fecha de hoy lejos de convertirse en realidad. Por eso, es muy probable que estas Navidades el mayor deseo de David sea encontrar un buen comprador para su casa. Y, de paso, dejar de protagonizar tantas controversias.

David Bustamante no consigue deshacerse del chalet que posee en una exclusiva urbanización situada en las afueras de Madrid, que puso a la venta hace ya casi un año y medio. El cantante y su mujer, la actriz Paula Echevarría, han recibido varias ofertas desde entonces, pero ninguna se ajusta a sus pretensiones. El matrimonio no quiere bajar el precio de 'El Cantábrico', el nombre con el que bautizaron la casa que compraron meses antes de darse el ‘sí, quiero’ en 2006, en la que llevan cerca de seis años viviendo. Piden un millón y medio de euros aunque, al parecer, todavía no han encontrado con ningún comprador con la suficiente liquidez como para ejecutar dicha adquisición.