Cortan la Rambla de Barcelona a gusto de Shakira y Gerard Piqué
Una de las ventajas de ser una estrella a nivel mundial es que cualquier deseo se hace realidad. Y si Shakira y Piqué desean que se
Una de las ventajas de ser una estrella a nivel mundial es que cualquier deseo se hace realidad. Y si Shakira y Piqué desean que se corte la Rambla de Barcelona, una de las principales arterias del centro de la ciudad, se hace y punto. Los Mossos d’Esquadra no ponen problemas, a los coches los desvían sin previo aviso y decenas de paseantes se agolpan en la calle asombrados por las numerosas cámaras que hay en las aceras.
La waka-pareja llegó con retraso a la presentación del primer libro publicado en España por el padre de la cantante, William Mebarak, que tiene el poético título de Al viento y al azar. Cuatro guardaespaldas velaron por la seguridad familiar, especialmente porque la cantante está de ocho meses y medio y tenían miedo de que hubiera algún disgusto. Hace unos meses, en el mismo lugar, el padre de Piqué también presentaba su libro y se lió la marimorena entre empujones, pisotones, codazos y algún que otro grito.
Además, varios miembros de la librería donde se realizaba el acto y de la editorial también les custodiaban, así como Tonino –el inseparable hermano de Shakira- y Rodrigo Beltrán, responsable de prensa de la cantante para América Latina, que les abría el paso ante la atenta mirada de decenas de curiosos. En el interior, se encontraban la madre de la cantante y sus suegros, Joan y Monstserrat, demostrando así la buena relación que tienen las dos familias.
Piqué no perdió ojo a su pareja, a quien cogía de la mano. Una vez sentados en primera fila, los dos tortolitos se profesaron numerosas muestras de cariño. El futbolista le besaba el cuello, ella se acercaba para darle un piquito, no paraba de tocarse la tripita y se explicaban confidencias al oído. Y, de tanto en tanto, alguna carcajada ante el discurso de William que, a sus 80 años y nueve hijos, tiene una mente lúcida como pocos.
“Es mi amigo, mi confidente, mi debilidad. Para el mundo entero él es el padre de Shakira, pero en Barranquilla (Colombia) yo soy la hija de William. Es el mejor padre que me podía haber regalado la vida”, confesó emocionada la benjamina de una familia tan numerosa como unida cuando subió al estrado. Con su padre aún discute sobre temas tan trascendentales como el mundo que le van a dejar a sus descendientes y, en esto, no se ponen de acuerdo. “Yo le digo que estamos mejor que en el Medievo, pero él no está tan de acuerdo” y, ante el asombro de más de uno, sentenció: “No puedo predecir si mi hijo viene con más cargas que ventajas, ahora me encuentro en el umbral de la maternidad, pero espero que mi hijo tenga el ejemplo de su abuelo”.
Ante la llegada del pequeño Biel –diminutivo de Gabriel- William confesó a Vanitatis que “en ella siempre hemos visto su instinto maternal muy desarrollado y lo ha hecho tangible a través de su preocupación por los niños de su Fundación Pies Descalzos y Alas”. Y añadió que “es una mujer auténtica y que odia la mentira, la hipocresía y la traición”. Tras más de dos años de relación, en los ojos de Shakira se refleja la felicidad y asegura que “intentaremos guiar a nuestro niño con todo el amor que seamos capaces”.
Una de las ventajas de ser una estrella a nivel mundial es que cualquier deseo se hace realidad. Y si Shakira y Piqué desean que se corte la Rambla de Barcelona, una de las principales arterias del centro de la ciudad, se hace y punto. Los Mossos d’Esquadra no ponen problemas, a los coches los desvían sin previo aviso y decenas de paseantes se agolpan en la calle asombrados por las numerosas cámaras que hay en las aceras.