La duquesa se va a Tailandia y Eugenia a Argentina a la espera de la sentencia del juicio contra Fran Rivera

Por fin la duquesa de Alba ha cumplido su sueño. Mientras espera la sentencia que decidirá la custodia de su nieta Tana, ha viajado a Tailandia con su marido, donde permanecerá durante dieciséis días. Justo el tiempo que dicen los abogados de su hija que tardará el juez en dictar sentencia. Durante ese periodo, Cayetana, Alfonso y las dos personas de servicio que siempre van con ella, más la fiel Lola, su escudera, recorrerán los lugares más emblemáticos del país.

Sus médicos no han puesto ningún impedimento a tan azaroso viaje (12 horas de vuelo hasta Bangkok), porque la encuentran físicamente muy bien e incluso no se lo han desaconsejado, porque en los últimos meses se encontraba muy decaída por el problema legal de su hija con su exmarido Francisco Rivera. El único que no estaba de acuerdo era Cayetano y así lo confesó públicamente pero, según cuentan a Vanitatis fuentes cercanas, su madre le dijo: “Te pongas como te pongas, me marcho”. Y al final se ha visto obligado a sucumbir a los deseos de su madre, que quería hacer un último gran viaje fuera de España.

La duquesa de Montoro, también de viaje

Eugenia, por su parte, se ha marchado a Argentina con su grupo de amigas, según ha confirmado a Vanitatis su entorno. Su intención es abandonar por completo el foco mediático y dar esquinazo al estrés que le supuso la demanda interpuesta por su exmarido.

Para la duquesa de Montoro el hecho de que su hija quisiera vivir con el padre fue un duro golpe, aunque la relación con la niña es espléndida y no se ha resentido en ningún momento. Quizá lo peor fue el juicio, donde cada una de las partes presentó sus pruebas para demostrar que la hija Tana, de trece años, sería mejor criada por cada uno de ellos que por su oponente.

Las declaraciones de ambos ante el juez fueron muy duras con la otra parte. Ella dijo de Fran que era un “juerguista”. Él dijo de Eugenia que tenía habituales “cambios de humor”.