David Beckham se deshace en halagos hacia su mujer e hijos en una entrevista a 'S moda'

David Beckham es más que un futbolista. Sabe moverse como pez en el agua fuera de los terrenos de juego y todo lo que toca lo convierte en tendencia. Desde su corte y color de pelo hasta su forma de vestir. “Nunca me he tomado el vestirme demasiado en serio. De hecho, me divierte mucho ver los estilismos que he llevado en el pasado. Se han reído (e incluso burlado) de algunas de mis elecciones, como cuando se me ocurrió ponerme un sarong. Pero no me arrepiento”, declara David en una entrevista en la revista S moda que se publicará este fin de semana.

escapadas a Londres, donde viven Victoria y sus cuatro hijos. “Victoria y yo hacemos todo cuanto está en nuestras manos para que crezcan en un ambiente familiar y afectivo que sea lo más normal posible, y protegerlos así de cualquier tipo de presión externa”.

Su mujer, inmersa ahora en el mundo de la moda, ha sido capaz de contagiar a David parte de las lecciones que Victoria ha ido aprendiendo en su estancia de cinco años y medio en los Ángeles.

Atrás quedaron los pendientes de diamantes, las mechas y ese look desaliñado y demasiado deportivo que le ha caracterizado en alguna época. “Siempre me ha interesado la moda. De hecho, he cambiado de look en multitud de ocasiones y he probado con estilos muy distintos a lo largo de toda mi carrera. Pero ahora ya tengo treinta y muchos, y creo que a esa edad un hombre empieza a asentarse (en lo que al look se refiere) y busca más la longevidad en el estilo”. Dice, además, que a día de hoy y después de decenas de campañas no se acostumbra a verse, “me impresiona, sobre todo cuando paso por delante de una valla publicitaria que no tengo fichada”.

Asombrado por la trayectoria profesional que Victoria, decir que David se muestra halagador con sus esfuerzos es poco. “Para mí es un orgullo asistir a sus desfiles en Nueva York y ver la reacción de la industria”. A pesar de la distancia que muchas veces les separa y la dificultad de hace coincidir sus agendas, ambos están al lado del otro, apoyándose.