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Pepe Sancho triunfó como actor, pero fracasó como padre
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Pepe Sancho triunfó como actor, pero fracasó como padre

Ha sido uno de los actores más importantes de este país. Pepe Sancho logró todos los éxitos posibles como intérprete. Nunca se bajó de las tablas.

Ha sido uno de los actores más importantes de este país. Pepe Sancho logró todos los éxitos posibles como intérprete. Nunca se bajó de las tablas. Tenía pendiente estrenar una obra de teatro, pero la muerte se lo llevó en cuestión de días. Pepe, que sufría cáncer de pulmón, se recuperaba de su enfermedad, cuando ésta afectó también a sus riñones. Una semana antes de morir el actor tuvo que ser ingresado aquejado de fuertes dolores. Fue entonces cuando le descubrieron el problema en el riñón, que se lo llevó en pocos días. Tal vez, esta sería la razón por la que no había comentado a casi nadie de su entorno su enfermedad; estaba seguro que saldría airoso. Lamentablemente, el pasado domingo perdía la batalla a los 68 años.

Pero la gran batalla perdida del actor en vida fue su maltrecha relación con su hijo Alejandro, fruto de su matrimonio con la cantante María Jiménez. "Hacía seis años que no tenía contacto con mi padre, por eso he querido venir a despedirlo en el que será su último viaje. Espero que se reúna con sus seres queridos y con mi hermana Rocío". Estas eran las palabras que Alejandro Asunción dedicaba a su padre en su funeral, según narran a Vanitatis quienes las escucharon el pasado lunes.

Pero, ¿cómo fue la relación entre padre e hijo? ¿Cuándo comenzaron los problemas? "Cuando Pepe Sancho tuvo que enfrentarse a su mujer en un juicio por malos tratos en 2003, su hijo, Alejandro, no sólo se puso de parte de su madre, sino que llegó a declarar ante un notario que su padre le había pegado a su madre y a él. Esto, evidentemente, destrozó a Pepe". Así lo cuenta a Vanitatis una persona muy allegada al actor que vivió en primera persona aquella dramática historia. A partir de ese momento, la relación entre padre e hijo se enfrió. Aún así, Pepe siguió tratando con su hijo: lo mandó a Londres para que aprendiera inglés y lo ayudó a conseguir un trabajo en una productora, según narran sus allegados.

En 2006, Pepe contraía matrimonio con la escritora y periodista Reyes Monforte, quien por cierto nunca llegó a conocer al hijo del actor. Lamentablemente el destino quiso que, siete años después, se encontraran en el funeral de Pepe. Según ha podido saber Vanitatis por fuentes cercanas, los últimos años no fueron nada fáciles en la relación padre e hijo. Alejandro enviaba mensajes a su padre cuyo contenido angustiaba y deprimía a Sancho, según estos testimonios. Es más, al parecer, su último encuentro, hace poco más de un año, habría sido de lo más desafortunado. Se trató de un cruce frío en un semáforo, de carácter fortuito, que no acabó nada bien. Esa fue la última vez que se vieron las caras.

La relación quedó tan dañada que incluso Pepe llegaría a pronunciar esta frase delante de un amigo: "Si este se cree que le voy a dejar todos mis bienes, está equivocado". Es más, durante estos años había tan poco roce que ningún miembro de su familia tenía el nuevo teléfono del joven, por lo que fue imposible localizarle tras la muerte de su padre. Esa es la versión de ellos. Alejandro y su madre María Jiménez defienden que ni siquiera se lo intentaron comunicar y que se enteraron de la noticia por la televisión.

El otro hijo de Pepe

Oficialmente, Pepe Sancho tenía un sólo hijo, además de Rocío, hija de María Jiménez que falleció en un accidente de tráfico en 1985, y a la que el actor había reconocido dándole sus apellidos. Sin embargo, en 1973 nacía Javier, fruto de una supuesta relación del actor con Pilar Pérez Sanabria, una azafata del programa 1,2,3 conocida en el mundo artístico como Pilar Pardo.

Cuando el niño tenía poco más de un año, Pilar contactó con el actor. "Pilar me fue a buscar a un café que yo frecuentaba y me dijo: ‘Tengo un hijo tuyo’. No me hice las pruebas. Acepté su palabra y por caballerosidad actué asumiendo mis responsabilidades como pensaba que debían hacer los hombres", declaraba el actor en 1985. Poco después de enterarse de su nacimiento, Pepe hablaba así de Javier: "Mi hijo Javi es mi heredero universal. Aunque me case algún día y tenga más hijos". Cuando en 1980 el actor contrajo matrimonio con María Jiménez, quiso llevarse a vivir a Javier con él, algo que la madre no permitió.

Pilar denunció al actor en los juzgados, alegando que el niño no era suyo. A finales de ese año, una sentencia anulaba la paternidad de Pepe Sancho. Poco después el actor declaraba: "Renuncié a recurrir la sentencia por lo desestabilizador que podía resultar en mi matrimonio y por no perjudicar al niño". Durante años no se volvieron a ver; sin embargo, en 1995, el joven volvía a ponerse en contacto con su supuesto padre. En esta ocasión, Sancho no sólo accedió a verle, sino que quería que conociera a su supuesto hermano, Alejandro, y a su entonces esposa, María. Así fue. Hubo varios encuentros. Pero Javier comenzó al parecer a interesarse más en la economía de su padre que en los afectos. La historia se quedo así, pero ahora que están a punto de conocerse las últimas disposiciones del actor, veremos que ocurre. ¿Dejará algo más que la legítima a su hijo Alejandro? ¿Qué pasará con Javier? ¿Volverá a escena a reclamar la paternidad? Esta semana se abrirá el testamento.

Ha sido uno de los actores más importantes de este país. Pepe Sancho logró todos los éxitos posibles como intérprete. Nunca se bajó de las tablas. Tenía pendiente estrenar una obra de teatro, pero la muerte se lo llevó en cuestión de días. Pepe, que sufría cáncer de pulmón, se recuperaba de su enfermedad, cuando ésta afectó también a sus riñones. Una semana antes de morir el actor tuvo que ser ingresado aquejado de fuertes dolores. Fue entonces cuando le descubrieron el problema en el riñón, que se lo llevó en pocos días. Tal vez, esta sería la razón por la que no había comentado a casi nadie de su entorno su enfermedad; estaba seguro que saldría airoso. Lamentablemente, el pasado domingo perdía la batalla a los 68 años.