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Los Fotogramas reavivan la polémica de los Goya
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Los Fotogramas reavivan la polémica de los Goya

Tras el vendaval mediático que provocaron algunos discursos durante la pasada edición de los Premios Goya, los Fotogramas, galardones que otorga la conocida revista de cine

Tras el vendaval mediático que provocaron algunos discursos durante la pasada edición de los Premios Goya, los Fotogramas, galardones que otorga la conocida revista de cine del mismo nombre, sirvieron para reflexionar sobre todo lo ocurrido. Pero, a pesar de que algunos a pie de photocall tenían ganas de olvidar lo que pasó la noche del 17 de febrero en el Hotel Auditorium de la capital, Anabel Alonso se encargó personalmente -bueno ella no, sino Félix Sabroso y Dunia Ayaso, los guionistas- de que la polémica estuviera más presente que nunca. La actriz comenzó su discurso, que se desarrolló en un tono irónico e histriónico, hablando sobre la crisis y la monarquía, “unos lugares demasiado comunes para gente con tanto ingenio”, dijo con sorna y alevosía.

Alonso prosiguió, en clave de humor, afirmando que la libertad de expresión “es una ordinariez” y prosiguió diciendo que para tener una ideología hay que pensar “y quien piensa se pone feo”, en una clara alusión a las críticas que recibieron, entre otras, las alocuciones de Maribel Verdú o Candela Peña en los premios más importantes del séptimo arte patrio. Los gags causaron gracia entre la mayor parte de los asistentes, que aplaudía a la mínima ocasión. Eso sí, la gala, que tuvo lugar en la sala Joy Eslava de Madrid, fue mucho más distendida que los Goya y el ambiente reinante también era de relax. Tan sólo se mascó la tensión cuando Alonso bromeó con Adriana Ugarte sobre el error que tuvo cuando se equivocó al leer el nombre del Goya a la mejor canción. “En España gusta mucho lo de redundar. Es mejor pasar página”, dijo, no sin cierto resquemor. La intérprete habló por primera vez de su relación con el actor Álex González. Fue escueta, pero sorprendió que lo hiciera. “Estamos muy bien juntos”.

Pero ni Maribel Verdú (Mejor Actriz de Cine), José Sacristán (Mejor Actor de Teatro), Michelle Jenner (Mejor Actriz de Televisión), Blanca Portillo (Mejor Actriz de Teatro), Pablo Berger (Mejor Película por Blancanieves) o María Valverde (la más buscada en la web de Fotogramas) dieron pie a alimentar la controversia en sus agradecimientos. Por eso la noche fue bastante tranquila. La ausencia de la velada la protagonizó Mario Casas, que se encuentra grabando su próxima película y no pudo recoger su premio como Mejor Actor de Cine por Grupo 7. El glamour de algunas actrices contrastó con lo informal de la indumentaria de otras. Lo cierto es que habían looks mejores que los que desfilaron por la red carpet de los Goya. En cambio, la que más elegancia destiló fue Blanca Suárez, que está de plena actualidad por su participación en Los amantes pasajeros, la última de Almodóvar. El cineasta manchego también acudió para entregar el Premio a toda una trayectoria a Gonzalo Suárez. Por su parte, Suárez, en la cresta de ola, participa en la última campaña de El Corte Inglés, junto a Goya Toledo y Aitana Sánchez Gijón.

Unos grandes almacenes que están acostumbrados a ver pasar por sus probadores a Concha Velasco. La actriz lució de nuevo un Armani de rebajas para acudir a los premios. Se presentó del brazo de su hijo Manuel, que pronto presentará su primera película. Ejerció de madre orgullosa, al igual que Carmina Barrios, la madre de Paco León, que competía en la categoría de Mejor Actriz, pero que finalmente no se hizo con el galardón. “Soy la osa mayor entre tanta estrella”, comentó entre risas reconociéndose de algún modo extraña en el hábitat de los famosos. Su éxito en la película Carmina o revienta ha sido tan fulgurante que ya rueda un nuevo proyecto. Y tras la entrega de galardones, llegó la fiesta. Todos bailaron hasta altas horas de la madrugada. Unos más que otros. Había mucho que celebrar.

Tras el vendaval mediático que provocaron algunos discursos durante la pasada edición de los Premios Goya, los Fotogramas, galardones que otorga la conocida revista de cine del mismo nombre, sirvieron para reflexionar sobre todo lo ocurrido. Pero, a pesar de que algunos a pie de photocall tenían ganas de olvidar lo que pasó la noche del 17 de febrero en el Hotel Auditorium de la capital, Anabel Alonso se encargó personalmente -bueno ella no, sino Félix Sabroso y Dunia Ayaso, los guionistas- de que la polémica estuviera más presente que nunca. La actriz comenzó su discurso, que se desarrolló en un tono irónico e histriónico, hablando sobre la crisis y la monarquía, “unos lugares demasiado comunes para gente con tanto ingenio”, dijo con sorna y alevosía.