La verdadera naturaleza de la relación entre Carlos Slim y Noor de Jordania
En los últimos días, en las reuniones de la ‘jet’ se discute sobre la verdadera naturaleza de la relación que mantuvieron Carlos Slim, el empresario mexicano
En los últimos días, en las reuniones de la ‘jet’ se discute sobre la verdadera naturaleza de la relación que mantuvieron Carlos Slim, el empresario mexicano bautizado por la revista Forbes como el hombre más adinerado del mundo, y Noor de Jordania, viuda del desaparecido rey Hussein. Este debate nace a raíz de la publicación de un reportaje en la revista Vanity Fair donde, además de hacer un recorrido por los entresijos políticos y los conflictos familiares surgidos en torno a la creación de la urbanización La Finca, también se insinúa que entre Slim y Noor hubo una historia de amor.
Basándose en el testimonio de personas cercanas al fallecido fundador de la exclusiva urbanización de Pozuelo de Alarcón, Luis García Cereceda, la citada revista mantiene que los supuestos encuentros entre el millonario mexicano y la Reina de Jordania tenían lugar en la finca La Pellejera, situada en la localidad madrileña de Brunete, propiedad de Cereceda y lugar donde el expresidente de Gobierno Felipe González guardaba parte de su extensa colección de bonsáis.
Sin embargo, fuentes del entorno del desaparecido empresario español cuentan a Vanitatis que la relación entre Carlos Slim y Noor de Jordania se mantenía entre los estrictos límites de una buena amistad. Amistad que ambos compartían con Felipe González y con el propio constructor de La Finca.
La fraternidad que unía a Cereceda con Slim le hacía ser, en muchas ocasiones, anfitrión de los amigos de sus amistades, entre las que se encontraba Noor de Jordania. Por ello, fue testigo de su relación amistosa, pero en ningún caso tuvo que arropar los comentados encuentros entre la esposa del rey Hussein y el filántropo mexicano, ni en Madrid ni en ninguna otra ciudad española. No lo hizo ni en su mansión de La Finca, ni tampoco en su casa de campo de Brunete, donde el empresario prefería un ambiente más intimo compartido con sus hijas Yolanda y Susana.
Cereceda era un hombre con excelentes relaciones, pero también lo suficientemente inteligente como para no mediar en amores que lo único que le podían reportar eran complicaciones. En el caso de la reina Noor y el magnate, coincidían en Madrid, Paris, Roma o Nueva York porque forma parte del circuito de los poderosos del mundo, que tienen en estas ciudades sus centros de operaciones sociales y económicas. En ocasiones, la anfitriona de las visitas de Noor a Madrid era la Reina doña Sofía, con la que mantiene una relación muy estrecha. También suelen verse en Londres, donde la viuda pasa largas temporadas, alternándolas con estancias en Estados Unidos.
Slim y Noor comparten amistades y Cereceda era el "amigo español", pero no el celestino", porque en este caso no había nada que celestinar. El empresario y la reina viuda comparten proyectos sociales comunes, como son la reconstrucción de países tras catástrofes naturales o guerras, renovación de cascos antiguos o la erradicación de minas antipersonas, entre otras muchas iniciativas. Cereceda participó económicamente en algunas de estas empresas por su amistad con Slim y así comenzó a relacionarse también con la viuda jordana, mucho antes de que se rumoreara que el magnate y ella eran algo más que amigos, que nunca lo fueron, según han narrado a Vanitatis fuentes cercanas al entorno de Cereceda.
Con la que si parece que el magnate acercó posiciones, una vez fallecido Cereceda, fue con su viuda, Silvia Gómez Cuétara. Pero aquello no cuajó.
En los últimos días, en las reuniones de la ‘jet’ se discute sobre la verdadera naturaleza de la relación que mantuvieron Carlos Slim, el empresario mexicano bautizado por la revista Forbes como el hombre más adinerado del mundo, y Noor de Jordania, viuda del desaparecido rey Hussein. Este debate nace a raíz de la publicación de un reportaje en la revista Vanity Fair donde, además de hacer un recorrido por los entresijos políticos y los conflictos familiares surgidos en torno a la creación de la urbanización La Finca, también se insinúa que entre Slim y Noor hubo una historia de amor.