La familia de Ortega Cano se queja de una condena "ejemplar" para él por existir "un juicio paralelo"

Los familiares de Ortega Cano dicen estar “destrozados” tras conocer la sentencia que condena al diestro a dos años, seis meses y un día de prisión y una multa de casi 170.000 euros por el accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra. En conversación con Vanitatis, varios de esos familiares califican la condena como “ejemplar” y entienden que el hecho de ser un personaje conocido y de que haya existido “un juicio paralelo” ha sometido a una “clara presión” al tribunal que ha tomado esta decisión.

Ortega Cano no quiere hablar de la sentencia con la familia y sólo lo hace con su abogado. Sus familiares aseguran que sigue manteniéndose firme en las palabras que ha repetido en múltiples ocasiones: “Siempre he confiado en Dios y en la Justicia”. De ahí el recurso interpuesto por su defensa, que seguirá solicitando la libre absolución. Según afirman fuentes judiciales en conversación con este diario, no será probablemente hasta el próximo verano cuando se conozca la decisión de la Audiencia Provincial al respecto y, por tanto, el torero disfrutará de un relativo lapso de tranquilidad, a la espera de conocer si definitivamente entrará o no en prisión.

Por su parte, los letrados de Parra pedirán en otro recurso que se reconsidere la decisión de anular la prueba de alcoholemia que reflejaba que el torero triplicaba la tasa permitida, lo que supondría una condena mayor. En la sentencia la jueza argumenta para desestimar esta prueba clave que no se respetó la cadena de custodia y, por tanto, la muestra podía haber sido manipulada. Aun con todo, los Parra han calificado la sentencia como “positiva”, puesto que supera los dos años e implica pena privativa de libertad, a pesar de que el torero no tiene antecedentes.

Encerrado en Yerbabuena

Ortega Cano no sabe aún qué hará con su vida, si se quedará en Yerbabuena o volverá a Madrid. El futuro ya no está en sus manos, sino en los recursos judiciales que le eviten o no la entrada en prisión. “Los Ortega estaban convencidos de que la prueba de alcoholemia no se tendría en cuenta, como así ha sido, pero esperaban por ello que la sentencia sería más favorable. Ahora sólo suspiran porque el diestro no tenga que entrar en prisión”, comentan a este portal fuentes cercanas al diestro.

Su hija Gloria Camila recibía la noticia que condena a su padre en Madrid, donde se encuentra realizando sus estudios, mientras que su hijo se ha mantenido junto al diestro durante las horas previas a la publicación de la sentencia. “La niña está muy preocupada, ella está muy unida a su padre; para ella y para José Fernando, Ortega es la única familia que tienen y esta noticia ha sido un mazazo”, señala una persona allegada al torero.

Ortega Cano no ha salido de Yerbabuena desde que conoció la sentencia por boca de su abogado Enrique Trebollé. No ha querido hacer declaraciones públicas porque su estado de ánimo no es bueno. Tiene un decaimiento general, le cuesta comer y estas últimas semanas casi no dormía, aunque “la tensión que ha vivido durante el juicio y el tiempo de espera hasta que le han comunicado la decisión del juez ha remitido”, explican desde el entorno del torero.

En la finca, la vida sigue su ritmo con las costumbres cotidianas que rodean la estancia de Ortega cuando se instala en el campo. A diferencia de otras veces, hay muchos más silencios y la imagen de Rocío está por todas partes. Al torero le acompañan su hermano Paco, sus cuñados Aniceto, José Antonio y Gloria, unos sobrinos y el hijo José Fernando.

Los planes futuros, paralizados

Tras el nacimiento de su hijo José María, fruto de su relación con Ana María Aldón, una mujer 24 años menor que él, la pareja tenía planeado contraer matrimonio para formalizar su unión. Unos planes que a tenor de la sentencia dictada contra el diestro probablemente tendrán que esperar.

José Ortega Cano estaba decidido a iniciar una nueva vida junto a la mujer que conoció tras sufrir el accidente que le costó la vida a Carlos Parra. Para ello, el diestro ha estado durante los últimos meses valorando la posibilidad de poner en venta la finca Yerbabuena, en la que contrajo matrimonio con Rocío Jurado en 1995 y que el diestro convirtió en su refugio tras el fallecimiento de la cantante. Según varias fuentes, tras varias gestiones en las últimas semanas parece que comprador y vendedor habrían llegado a un acuerdo y que tras la primera cifra barajada, de cuatro millones y medio de euros, ambas partes habrían llegado a un acuerdo por el que Ortega estaría a punto de deshacerse de la finca por 6 millones de euros.

Uno de los motivos que le habrían llevado a tomar esta decisión es que su futura mujer no se sentiría del todo cómoda en una casa convertida en una especie de mausoleo dedicado a la más grande. Además, después de haberlo intentado en varias ocasiones, su hijo José Fernando tampoco parece estar muy interesado en seguir algún día con el negocio que su padre montó dentro de la finca, por lo que el torero habría decidido finalmente deshacerse de ella.

Una boda y un trasladado de domicilio que posiblemente deberán esperar hasta que se confirme si el diestro deberá o no ingresar en prisión.