La madame de Berlusconi rompe su silencio: “Mi único pecado ha sido enamorarme de él”

Está acusada de ser la madame de Silvio Berlusconi, la mujer que reclutaba a las jóvenes, incluso menores, que participaban en las alocadas fiestas de Il Cavaliere. Ella lo niega. Asegura que su único “pecado” confesable fue enamorarse del exprimer ministro. Nicole Minetti ha guardado silencio para no implicar al político, su amante. Pero ahora ha decidido hablar.

Minetti era una estudiante de higiene dental cuando en 2009 conoció al entonces primer ministro italiano Silvio Berlusconi. El líder de centro-derecha la convirtió, de la noche a la mañana, en consejera regional de su partido, el Pueblo de la Libertad (PdL). De día, la exbailarina ejercía de política; de noche, se adentraba un submundo de cenas y fiestas en San Martino, la mansión del potentado en Arcore. Un lugar donde, según la condena en primera instancia que acaba de sentenciar a Berlusconi a siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargo público, había menores que se prostituían.

Según el fiscal, el exjefe de Gobierno mantuvo relaciones sexuales pagadas, entre otras, con Karima el Marough, conocida como Ruby, menor de 18 años. Además, durante la noche del 27 de mayo de 2010, el entonces primer ministro abusó de su poder al telefonear a la comisaría central de Milán para que pusieran en libertad a Ruby, detenida por robo, alegando que era la sobrina del entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak.

La investigación del caso puso al descubierto todo el sistema de prostitución organizado en la mansión de Arcore. Los fiscales abrieron entonces un juicio paralelo contra Nicole Minetti. La acusaron de ser la persona que reclutaba a las chicas y las inducía a prostituirse. Incluso fue quien recogió esa noche a Ruby de la celda para llevársela a casa.

Una política regional de 9.000 euros al mes

Esta es la primera vez que Minetti habla. Ha permanecido callada durante año y medio. No ha atacado al político ni siquiera cuando el fiscal pidió para ella siete años de prisión por inducción a la prostitución, también de menores. Minetti mantiene, en declaraciones a Vanity Fair, como ya hizo en el juicio, que es inocente y que no cobraba nada de Silvio Berlusconi, aunque admite que recibía regalos del político: “Lo normal. Tengo mucho cariño a un collar de piedras coloreadas que me regaló cuando me licencié”.

La exbailarina recuerda su primera noche en la mansión de Arcore: “Con un enorme y bellísimo jardín; la gente, pocas personas pero de alto nivel; la casa, preciosa; el vino, riquísimo. No me sentí nada cortada, la gran virtud de Silvio es que te hace sentir cómodo. Se puso a cantar, a contar chistes”. “¿Había más políticos de primera línea en aquella cena?”, le preguntamos. “¡Ay! Me da la sensación de que estoy en un juicio. No voy a decir nada más”. Minetti volvió muy pronto a Arcore. “A los pocos días Silvio me invitó a comer. Y lo que empezó como una amistad, se transformó en una relación sentimental”, confiesa.

Sin embargo, en el juicio la menor Ruby dijo que “Minetti era la clave de las orgías. Bailaba provocativamente vestida de monja y terminaba desnudándose para Berlusconi”. Además, los pinchazos telefónicos que la policía hizo desvelaron que ella era la favorita de Il Cavaliere, la que coordinaba y citaba a las demás chicas: “Júrame que no te lo vas a tomar mal -se le escucha decir a una de las mujeres-. Por el amor del cielo, se ven cosas de todo tipo. Te darás cuenta de que hay gente para la que supone la ocasión de su vida, por lo que verás cosas increíbles. Fíate de mí y concéntrate en el francés porque a él le vuelve loco, le gusta, dile todo lo que haces (…)”.

La expolítica asegura que se sintió traicionada por las chicas: “A muchas de ellas había llegado a considerarlas muy amigas. Nos veíamos fuera de las cenas, hablábamos de todo, desde nuestros novios a nuestros padres. Ahora no tengo relación con ninguna. Aquello me sentó mal, pero no me enfadé. Cada una dice lo que piensa”. Cuando le preguntamos si tenía celos de las demás espeta: “¡Pues claro! ¡Cuando estás enamorada es inevitable!”. Minetti, que confiesa cobraba 9.000 euros netos por su labor como diputada regional, admite: “Creo que no volvería a entrar en política. Es un mundo difícil, puede ser muy cruel. Mi error fue ese: pequé de vanidosa, de arrogante”.