La superprotección de Jaime de Marichalar con Froilán para evitar las críticas

Desde el mismo momento en que se anuncio el "cese temporal de la convivencia", Jaime de Marichalar no volvió a pisar Palma, lugar de veraneo de los Reyes y su familia directa, a la que se unía en agosto la Infanta Pilar, la hermana Irene y la princesa de Jordania. Ahora, salvo la Reina, que sigue representando su papel, y el Rey, que, por motivos obvios relacionados con su recuperación, enseguida regresó a Madrid, Marivent es un palacio solitario donde no hay vida familiar. Los únicos que dan un poco de vida doméstica son los nietos reales y, sobre todo,Froilan y Victoria.

Jaime nunca se sintió del todo integrado en la vida cotidiana de veraneo de su familia política porque los temas deportivos y acuáticos, hilo conductor de la estancia veraniega de los Borbón, no le seduce demasiado. Él es de tierra adentro y navegar no es una de sus actividades preferidas, ni tan siquiera al convertirse en novio de la Infanta Elena.

Hasta ese momento, su cuartel general era la casa de su madre enSotogrande, en una de las urbanizaciones mas domésticas y menos ostentosa de la zona. Clase media alta de profesionales liberales que comparten una vida social muy alejada de las estridencias estéticas de Marbella, donde la lentejuela en las señoras es el santo y seña, y los pantalones rojos en los señores.Para el exduque son días tranquilos, donde tampoco tiene que encargarse de la organización diaria, tarea de la condesa viuda de Ripalda, hermana y las cuñadas.

Otros de los alicientes en Sotogrande es la convivencia de los primos Marichalar, y aquí es donde los niños juegan un papel importante. Hasta el año pasado, la atención deJaime sobre sus hijos era la habitual de cualquier padre. Vigilantes, pero sin protección absoluta, como ha sucedido ahora con Froilan, que cumplió 15 años el pasado julio, y la apacible Victoria. Las ultimas chiquilladas del nieto mayor de los Reyes que se han hecho públicas lo mostraban como un chaval problemático cuando en realidad sus salidas son como la de cualquier adolescente con las hormonas revolucionadas. Jaime de Marichalar, que en cuestión de educación es más estricto que la Infanta, ha preferido que en Sotogrande estuviera controlado. Y así lo pudieron observar la gente que habitualmente comparte veraneo con el exduque y su familia.

Si antes tenían libertad de movimiento dentro de un orden y se movía por la playa, el polo con su panda de amigos, ahora no.