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La boda de Fran y Lourdes, entre Ascot y 'Alicia en el país de las maravillas'
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LOS INVITADOS TENÍAN EXIGENCIAS DE ETIQUETA

La boda de Fran y Lourdes, entre Ascot y 'Alicia en el país de las maravillas'

Cualquier que eche un vistazo a las fotografías de los invitados al enlace del diestro pensará que más que una boda se trataba de un baile de disfraces

Pocos son los que, a día de hoy, no se han enterado de que este sábado Francisco Rivera volvía a abandonar, por segunda vez, la soltería. Informado o no, lo cierto es que cualquiera que eche un vistazo a las fotografías de los invitados al enlace del diestro con la joven abogada Lourdes Montes pensará que más que una boda se trataba de un baile de disfraces.

Obligados los hombres a llevar chistera y chaqué y las mujeres vestido corto y sombrero lo cierto es que el desfile parecía más una carrera de caballos de Ascot que una boda de alto copete. Tal vez por allí asomara, en algún momento, la Alicia en el País de las Maravillas del excéntrico Tim Burton por esas chisteras. Alguno olvidó que este tipo de sombrero requiere ser confeccionado a medida para evitar pensar que bajo él hay una sorpresa en forma de conejo.

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Acertadas o no, las mujeres cumplieron con la etiqueta salvo Pilar Parejo, esposa de José Manuel Soto, que optó por saltársela llevando un pantalón junto con un caftán asimétrico en tonos azules que acompañó con una chistera de rafia dando una lección a muchos de los hombres sobre cómo llevar una. Se saltó el protocolo pero lo hizo rozando el diez.

Fieles a la moda vintage y al estilo campestre y clásico de una Sevilla del siglo XIX, Francisco Rivera dio plenos poderes a su ya esposa para que perfilara hasta el más mínimo detalle de esa boda con la que lleva soñando desde pequeña. Eso sí, lo hizo hasta el extremo. De hecho, su vestido, diseñado por Pronovias Atelier a partir de los bocetos que ella dibujó cuando tenía 17 años, optó por ese estilo romántico característico de aquella época: manga larga, escote en forma de V, falda fluida y el pelo recogido -sin velo-, fueron algunas de las claves. Sin embargo, el ramo en cascada con flores moradas y blancas era demasiado grande. Ideal para colgar de un balcón.

Con un frac algo más largo de lo habitual apareció Julián Contreras Jr., aunque lo cierto es que pocos acertaron a la hora de cumplir a rajatabla con el chaqué impuesto. El ejemplo más claro fue Farruquito, que pareció no haber leído hasta el día anterior la exigencias en la vestimenta y llevó el primero que encontró. O le prestaron.

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El estilo flamenco y taurino esta vez Francisco Rivera lo dejó en el ruedo. Fue Rocío Martín Berrocal quien hizo recordar el rosa del capote y las borlas goyescas con un vestido de encaje de su hermana, la diseñadora Vicky Martin Berrocal. Precisamente su ex, Manuel Díaz ‘El Cordobés’ fue uno de los invitados junto a su esposa, la venezolana Virginia Troconis, que deslumbró con un ajustado diseño de encaje color nude y un original tocado.

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Mención aparte para algunos de ellos, que a pesar de que por la hora a la que se celebraba el enlace -a mediodía- los tocados generosos estaban permitidos, algunas se olvidaron de que el ala no debe taparles los ojos, como le ocurrió a la mujer del periodista José María García, que llegó con la barbilla dirigida casi al cielo.

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Quizá la mejor combinación de colores del desfile fuera la del turquesa y el violeta, como demostró una de las invitadas que sí supo llevar con estilo el sombrero, el vestido, el bolso y los zapatos en una armonía casi perfecta.

Fiel a su estilo sobrio y de líneas sencillas, Eva González no necesitó nada estridente para llamar la atención. Con diseño gris perla de Antonio García, a conjunto con una pamela rosa empolvado, la ex Miss España dio el toque chic a una boda en la que en cualquier momento se esperaba la llegada de la Reina de Corazones. Eso sí, sólo por teñir de elegancia el enlace se le perdona el clutch verde y los zapatos bicolor, que carecían de sentido. Un presagio, quizá, de cómo iba a ser la boda.

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Simplemente correcto fue el vestido verde agua de Tana, hija del novio y de Eugenia Martínez de Irujo, que recordaba al de alguna princesa Disney por esas mangas abullonadas tan difíciles de ver en una adolescente.

Pocos son los que, a día de hoy, no se han enterado de que este sábado Francisco Rivera volvía a abandonar, por segunda vez, la soltería. Informado o no, lo cierto es que cualquiera que eche un vistazo a las fotografías de los invitados al enlace del diestro con la joven abogada Lourdes Montes pensará que más que una boda se trataba de un baile de disfraces.

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