Pastora Soler: "Lo que pasó con Raquel del Rosario en Eurovisión no fue justo"

Pastora Soler se quedó con nosotros en Eurovisión 2012. Ahora, quiere que la conozcamos. Su nuevo disco, Conóceme, es la invitación a saber quién es la de Coria del Río, que, hasta ahora, se ha sentido algo encasillada en el flamenco y en la copla y que vive en estos momentos una renovación personal que va mucho más allá de un mero cambio de estilo musical. No fueron pocos los que se quedaron embaucados por su condición de baladista y se sorprendieron con su nuevo estilo y su imagen en el festival. La nueva Pastora Soler incide en su inclinación hacia el pop e incluso le dedica una canción a su marido, Francis Viñolo. “Es la única que yo he escrito y en ella aparece mi lado más personal. Llevamos ocho años juntos y cuatro casados. Yo era una niña hasta hace poco y he alcanzado la madurez con él”.

Su “complemento”, como ella lo llama, es coreógrafo y director escénico. También es alguien que ha influido en este cambio súbito de rumbo, nacido a partir de aquel ‘Quédate conmigo’ de Eurovisión. El mismo equipo que creó ese sonido de balada para ella es el que está detrás de este disco que ha cambiado su rumbo y le permite evolucionar. “Hubo gente que descubrió esa nueva faceta mía en Eurovisión. Yo también la descubrí y me sentí cómoda en ese nuevo estilo”. Mientras que ella se ganó nuevos fans con el certamen, Raquel del Rosario, la última participante, recibió algunas de las peores críticas de su vida. Pastora sabe muy bien lo que se sufre estando ahí, con un país entero poniendo tus ojos en ti. “Ir a Eurovisión es un acto de valentía. Aprendí mucho artística y personalmente. Lo que pasó con Raquel no fue justo, ya que es difícil que nos entiendan en Europa y pienso que algunas de las críticas que se vertieron sobre ella no eran necesarias”.

Lo que sí se permite criticar, aun con matices, es la subida del IVA, contra la que muchos artistas siguen estando en pie de guerra. Ella también, aunque no quiere ser percibida como una ‘quejica’. “No hay que estar quejándose siempre de todo pero es cierto que la subida del IVA nos ha perjudicado muchísimo. La industria musical pasa por una crisis desde hace tiempo y salir de conciertos supone un auténtico sacrificio. Sin embargo, no es algo que afecte únicamente a la música. En estos momentos estamos casi todos machacados por la situación económica”, asegura.

Sin embargo, Soler se ha atrevido, en esos momentos inciertos, con un disco que la revela como algo más que la niña que empezó a cantar copla a los 14 años. “No creo que beneficien las etiquetas”, afirma al respecto. Es inevitable preguntarse si volvería a ese mundo de historias apasionadas con sabor andaluz. “No sé si volveré a hacer copla pero no está en mis planes hacerlo, a no ser que sea algo puntual como el homenaje que le hemos hecho este año a ‘Azabache”. Con copla o sin ella, Pastora Soler tiene suerte. Pese a que la hayan encasillado, poco a poco va consiguiendo que el público sepa cuál es ese estilo inquieto que ella persigue y, por si eso fuera poco, es una persona que cae bien a la gente en un país donde las espadas se alzan contra el que intenta salirse de la etiqueta otorgada. “Siempre he intentado conservar mi personalidad. Eso no me lo cambia nadie a pesar de ser inquieta e intentar siempre probar cosas nuevas”, afirma. La persistencia de ese carácter parece funcionarle muy bien aunque está claro que un cambio, de vez en cuando, amplía la vista de aquellos que quieren conocerte. Ella lo tiene clarísimo, y su chico también, ya que se ha sumado a los apoyos a este cambio de rumbo musical y estético. En este caso, detrás de ella también hay un gran hombre.