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¡Bienvenido, Míster Lynch! Cineastas y ‘modernos’ se desviven por el director
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ERA SU PRIMERA VISITA A MADRID

¡Bienvenido, Míster Lynch! Cineastas y ‘modernos’ se desviven por el director

Como si se tratara de la mítica película de Luis García Berlanga, los rostros más conocidos del cine patrio le han recibido en Madrid con todos los honores

Foto: Pedro Almodóvar y David Lynch. (Mario Martín)
Pedro Almodóvar y David Lynch. (Mario Martín)

Como si se tratara de la mítica película de Luis García Berlanga, los rostros más conocidos del cine patrio han recibido a David Lynch en Madrid con todos los honores, desviviéndose por estar cerca de él en algún momento de su corta visita a la capital. Al menos él no ha pasado de largo, como hicieron los americanos con las gentes de Villar del Río. Lejos de la sátira y la crítica soterrada del film de 1953, su llegada a Madrid -es la primera vez que viaja a nuestro país- como protagonista indiscutible del Festival de cine, arte y música Rizoma ha estado rodeada de un halo de grandiosidad.

En su honor, este miércoles a las 22.30 horas se celebró la ‘Noche Lynchiana’ en el Círculo de Bellas de Artes. 100 personas, previo pago de 150 euros, cenaron en la misma mesa que el director un menú servido por Javier Muñoz Calero, chef del Tartan Roof, situado en la azotea de CBA. Después, y hasta las 3 de la madrugada, tuvo lugar una fiesta ambientada en la serie Twin Peaks que por 20 módicos euros hizo las delicias de cualquier fan de su obra.

Como directores de cine y apasionados de la trayectoria profesional de David Lynch, entre el centenar de invitados a la cena estaban Nacho Vigalondo y Eduardo Chapero-Jackson, que acudió junto a su novia, la presentadora de Informativos Cuatro Marta Fernández. También, compartiendo mesa y mantel, estuvo Lourdes Hernández, vocalista del grupo español Russian Red, tal y como confirma a Vanitatis la agencia de comunicación Suri, encargada de la organización del Festival Rizoma.

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Una genuflexión ‘almodovariana’

Sin embargo, el día anterior el cineasta estuvo rodeado por muchos actores y ‘modernos’ más, que viajaron exclusivamente a Madrid para ser testigos de la visita de una figura que por lo que se ve cotiza al alza en nuestro país. El martes, y después del primer posado de David Lynch en Madrid, en el interior del Hotel Urban, y de la correspondiente rueda de prensa, las largas colas a las puertas del Auditorio del Museo Reina Sofía a las 19.00 horas mostraron la pasión desbordada que los amantes del cine sienten hacia el americano.

Aunque no quedó ni una sola butaca libre, en primera fila estaban Pedro Almodóvar y su hermano Agustín, que tienen desde hace años una sólida amistad con él fruto de sus estancias en Los Ángeles. A su lado, dos actrices patrias, Goya Toledo y Verónica Echegui, que se dirigió a Lynch en un perfecto inglés. Tampoco quisieron perderse la conferencia ‘Meditación, Conciencia y Creatividad’, Lourdes Hernández -que al día siguiente cenó de nuevo con Lynch-, el escritor y guionista Ray Loriga y la actriz Marta Belenguer, conocida por sus papeles en Cámera Café y en La que se avecina.

La anécdota del acto la protagonizó el director manchego. Como cualquier otro asistente, levantó la mano para formular una pregunta. Acto seguido, y al ser reconocido por Lynch, el público les ovacionó y Almodóvar le besó la mano como un gesto de enorme admiración.

Cena en Ramsés

Sólo unas horas después, 44 selectos asistentes consiguieron ser invitados a una cena en la que varios centenares de personas se peleaban por un sitio en la misma mesa que David Lynch. La marca de lencería Lilly Blossom fue la que agasajó al cineasta con un festín en el restaurante Ramsés al que acudieron rostros de lo más variopinto: Rossy de Palma, el diseñador David Delfín, el humorista José Corbacho, Nuria March, Susana Chillida, hija del escultor Eduardo Chillida, el productor Gerardo Herrero o los escritores Eduardo Iglesias, hermano del compositor Alberto Iglesias, y Ray Loriga, que además de literato es también ex de Eugenia Silva y Christina Rosenvinge.Goya Toledo, que fue acompañada por su novio, el batería de Lenny Kravitz Graig Ross, sólo acudió a saludar después de la conferencia perdiéndose un menú que rondaba los 130 euros. Todo dinero era poco para estar al lado del director de Twin Peaks, Carretera Perdida o El hombre elefante.

Como si se tratara de la mítica película de Luis García Berlanga, los rostros más conocidos del cine patrio han recibido a David Lynch en Madrid con todos los honores, desviviéndose por estar cerca de él en algún momento de su corta visita a la capital. Al menos él no ha pasado de largo, como hicieron los americanos con las gentes de Villar del Río. Lejos de la sátira y la crítica soterrada del film de 1953, su llegada a Madrid -es la primera vez que viaja a nuestro país- como protagonista indiscutible del Festival de cine, arte y música Rizoma ha estado rodeada de un halo de grandiosidad.

Marta Fernández David Lynch
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