El reencuentro de Fernando Verdasco y Ana Boyer en Madrid

La relación entre el tenista y la hija de ‘la reina de corazones’ va viento en popa. Desde que se conocieran el año pasado en un concierto de Enrique Iglesias en Madrid y se confirmara su noviazgo a principios de septiembre, la relación de Verdasco y Ana Boyer marcha a pasos agigantados.

La hija de Miguel Boyer ya está muy integrada en la familia del deportista. Tanto es así, que este jueves la pareja acudió a La Cañada, el restaurante que tienen los padres de Fernando Verdasco en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.

Horas después de su encuentro y vestido con ropa deportiva, gorra y bufanda, el tenista acudió junto a un amigo a un concesionario de coches de alta gama, donde estuvo hablando con uno de los comerciales con la intención de adquirir un nuevo vehículo.

A pesar de que ambos salieron por separado del restaurante y Ana Boyer no acompañó a Verdasco esa tarde, ya han sido varias las ocasiones en las que han dejado escapar algunos detalles que vienen a confirmar el buen momento sentimental por el que están pasando.

Aprovechando que tiene tiempo libre tras finalizar en junio su segunda carrera universitaria, Empresariales, después de graduarse en Derecho en 2012, la hija de Isabel Preysler no ha dudado en ningún momento en seguir a Verdasco allá donde su agenda deportiva le lleve. El pasado 17 de octubre, y como adelantó Vanitatis, Ana Boyer viajó a Estocolmo para estrenar como novia oficial del tenista.

Hace sólo unos días, el fin de semana anterior, volvió a coger un avión con destino a Londres, donde el tenista participaba en la Copa de Maestros. Ese sábado, y tras ganar la semifinal de dobles junto a su compañero David Marrero, dedicó su victoria a Ana Boyer, presente en las gradas del estadio O2 Arena. Al terminar el partido, y después desaludar a sus rivales, ambos tenista celebraron su triunfo dedicando a su pareja un cariñoso gesto. Con las manos en forma de corazón, Verdasco quiso enviar un romántico mensaje a su chica.

Al día siguiente, y tras proclamarse campeones de la Copa de Maestros, no tuvo ninguna duda a la hora de coger el rotulador y escribir en una de las cámaras de televisón: “Va por ti”, dibujando un corazón. Una auténtica declaración de intenciones.