Adriana Abascal regresa a la vida social madrileña por la puerta grande

Adriana Abascal es una pieza cotizada en el mundo del photocall. Al no ser un personaje habitual en los encuentros sociales que se organizan en Madrid, sus apariciones suelen ser, cuanto menos, espectaculares. Es simpática, extrovertida y con ese punto de "juanita guacamole", que la convierte en un personaje querido por la prensa, al igual que por sus incontables amigos nacionales yextranjeros. Al recibir la invitación de su íntima Naty Abascal para acudir este jueves a la presentación de su último libro, 100% Naty, no lo dudó ni un instante.

Cogió un vuelo desde París, donde vive con sus tres hijos, con destino a Madrid y dotó al estreno literario de la exduquesa de Feria de un color distinto. Acudió acompañada desu marido, Emmanuel Schreder, con el que se casó en Ibiza el pasado mes de junio en una boda campera, a la que supuesto también estaba invitada la estilista.

Muy habladora, explicó que lleva una vida muy intensa centrada en sus niños, sus viajes y su blog: "Hay veces que tengo poco tiempo para mí”, confiesa Adriana en conversación con Vanitatis. Además, derrochó simpatía a la hora de narrar cómo fue su encuentro con la ex primera dama gala, Carla Bruni, cuando las dos coincidieron llevando a sus hijos a sus respectivos colegios: “Ellaperfecta y yo me había colocado lo primero que había encontrado a mano porque llegábamos tarde. Quería que me tragara la tierra”. Se saludaron y esa historia le sirvió de hilo conductor para uno de sus blogs.

“Por el momento no estoy embarazada, pero no me importaría", aclaró Adriana Abascal a este medio tras comenzar a oírse ciertos rumores que apuntaban a esta posibilidad. En casa tiene, además de su marido, tres pequeños artistas. Sus hijos “pintan, tocan el piano y les encanta todo lo relacionado con las actividades creativas. Me considero una mujer muy afortunada y doy gracias por ellos”. Aunque todavía no tiene nada cerrado para estas Navidades, lo más seguro es que Adriana y su marido pongan rumbo a un lujoso enclave más cálido, mientras que sus hijos viajen a Madrid para pasar las fiestas con su padre, Juan Villalonga.